Calendario Litúrgico del martes, 12 de agosto de 2025
Martes de la XIX semana del Tiempo ordinario
Lecturas y Evangelio de hoy
Primera lectura :
Deuteronomio 31, 1-8
Aclamación antes del Evangelio:
Mateo 11, 29
Evangelio:
Mateo 18, 1-5. 10. 12-14
Color litúrgico: Verde
Liturgia de las Horas del 12 agosto
Martes de la XIX semana del Tiempo ordinario
La Liturgia de las Horas: Un Encuentro Diario con Dios
La Liturgia de las Horas se divide en varios momentos clave, cada uno pensado para acompañarnos a lo largo del día en nuestra oración y comunión con Dios:
Oficio de Lecturas – Puede rezarse en cualquier momento del día. Contiene salmos, lecturas bíblicas y textos de los Padres de la Iglesia, ofreciendo alimento espiritual para nuestra jornada.
Laudes (Oración de la Mañana) – Rezada al amanecer, es un hermoso momento de alabanza a Dios por el nuevo día que comienza.
Hora Media – Comprende Tercia (media mañana), Sexta (mediodía) y Nona (media tarde). Estas oraciones nos ayudan a permanecer en la presencia de Dios y a renovar nuestra comunión con Él durante el día.
Vísperas (Oración de la Tarde) – Se reza al atardecer y es una oportunidad para agradecer a Dios por todo lo vivido, meditando sobre Su amor y fidelidad.
Completas (Oración de la Noche) – Antes de dormir, esta oración nos invita a confiar plenamente en Dios, entregándole nuestro descanso y nuestra vida.
Cada momento de la Liturgia de las Horas es un susurro del alma hacia Dios, un encuentro que llena el corazón de paz y fortalece nuestra fe. Que podamos encontrar en esta hermosa tradição un camino de oración constante, dejando que Dios ilumine cada instante de nuestro día. 🙏✨
Elija un horario de oración durante el día.
Laudes
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Hora Tercia
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Hora Sexta
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Hora Nona
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Vísperas
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Completas
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Evangelio
Mateo 18, 1-5. 10. 12-14
En cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: "¿Quién es el más grande en el Reino de los cielos?"
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: "Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí.
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo.
¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella, que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños''.