Calendario Litúrgico del martes, 24 de junio de 2025
Nascimento de São João Batista
Solemnidad
Lecturas y Evangelio de hoy
Primera Lectura:
Isaίas 49, 1-6
Segunda Lectura:
Hechos 13, 22-26
Aclamación antes del Evangelio:
Lucas 1, 76
Evangelio:
Lucas 1, 57-66. 80
Color litúrgico: Blanco
Liturgia de las Horas del 24 junio
Nascimento de São João Batista
La Liturgia de las Horas: Un Encuentro Diario con Dios
La Liturgia de las Horas se divide en varios momentos clave, cada uno pensado para acompañarnos a lo largo del día en nuestra oración y comunión con Dios:
Oficio de Lecturas – Puede rezarse en cualquier momento del día. Contiene salmos, lecturas bíblicas y textos de los Padres de la Iglesia, ofreciendo alimento espiritual para nuestra jornada.
Laudes (Oración de la Mañana) – Rezada al amanecer, es un hermoso momento de alabanza a Dios por el nuevo día que comienza.
Hora Media – Comprende Tercia (media mañana), Sexta (mediodía) y Nona (media tarde). Estas oraciones nos ayudan a permanecer en la presencia de Dios y a renovar nuestra comunión con Él durante el día.
Vísperas (Oración de la Tarde) – Se reza al atardecer y es una oportunidad para agradecer a Dios por todo lo vivido, meditando sobre Su amor y fidelidad.
Completas (Oración de la Noche) – Antes de dormir, esta oración nos invita a confiar plenamente en Dios, entregándole nuestro descanso y nuestra vida.
Cada momento de la Liturgia de las Horas es un susurro del alma hacia Dios, un encuentro que llena el corazón de paz y fortalece nuestra fe. Que podamos encontrar en esta hermosa tradição un camino de oración constante, dejando que Dios ilumine cada instante de nuestro día. 🙏✨
Elija un horario de oración durante el día.
Laudes
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Hora Tercia
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Hora Sexta
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Hora Nona
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Vísperas
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Completas
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Evangelio
Lucas 1, 57-66. 80
Por aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles: “No. Su nombre será Juan”. Ellos le decían: “Pero si ninguno de tus parientes se llama así”.
Entonces le preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamara el niño. Él pidió una tablilla y escribió: “Juan es su nombre”. Todos se quedaron extrañados. En ese momento a Zacarías se le soltó la lengua, recobró el habla y empezó a bendecir a Dios.
Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos y en toda la región montañosa de Judea se comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de ello se preguntaban impresionados: “¿Qué va a ser de este niño?” Esto lo decían, porque realmente la mano de Dios estaba con él.
El niño se iba desarrollando físicamente y su espíritu se iba fortaleciendo, y vivió en el desierto hasta el día en que se dio a conocer al pueblo de Israel.