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s. Cirilo de Alejandría, obispo y doctor de la Iglesia

s. Cirilo de Alejandría, obispo y doctor de la Iglesia - Santo del día 27 de junio

Santo del 27 de junio

En una catequesis del 2007 sobre la figura de San Cirilo de Alejandría, Benedicto XVI lo llamó un "incansable y firme testigo de Jesucristo, 'Verbo de Dios encarnado'". Padre de la iglesia, venerado como un santo en Oriente y en Occidente, fue proclamado Doctor de la Iglesia por León XIII en 1882.  
s. Cirilo de Alejandría, obispo y doctor de la Iglesia

El 3 de octubre de 2007 Benedicto XVI dedicó la catequesis de esa audiencia general a la "gran figura" de uno de los Padres de la Iglesia: san Cirilo de Alejandría. Benedicto XVI afirmó en ese entonces que Cirilo fue un "incansable y firme testigo de Jesucristo, 'Verbo de Dios encarnado'".

Obispo de la Iglesia de Alejandría

Sobrino de Teófilo, quien desde el año 385 como obispo gobernó la diócesis de Alejandría en Egipto, Cirilo probablemente nació en la misma ciudad entre 370 y 380. Desde muy joven inició la vida eclesiástica y por lo tanto recibió una buena educación, tanto cultural como teológica. En el año 403 estuvo en Constantinopla siguiendo a su tío, y allí participó en el "Sínodo del Roble", que determinó la deposición del obispo de la ciudad, Juan (más tarde llamado Crisóstomo). Fue celebrado como un triunfo de la Sede Alejandrina sobre la tradicionalmente rival Sede de Constantinopla, donde residía el emperador. A la muerte de su tío Teófilo, en el año 412, el aún joven Cirilo fue elegido obispo de la influyente Iglesia de Alejandría, que gobernó con gran energía durante 32 años, buscando siempre afirmar su primacía en todo el Oriente, fuerte también en sus tradicionales lazos con Roma.

Su fe cristológica

Unos años más tarde, en 417 o 418, Cirilo buscó superar la ruptura de la comunión con Constantinopla, pero los contrastes terminológicos, teológicos y políticos se reavivaron en 428, cuando Nestorio, recién elegido como nuevo obispo de Constantinopla, prefirió dar a María el título de "Madre de Cristo" (Christotókos), en lugar de aquel otro -ya muy querido por la devoción popular- de "Madre de Dios" (Theotókos). Dado que tal título de Christotókos parecía negar la unidad de la persona de Cristo, la reacción de Cirilo fue casi inmediata. Por eso, antes y durante el Concilio de Éfeso de 431, Cirilo, que era el mayor exponente de la cristología alejandrina en ese entonces, repropopuso con mucho vigor la unidad de la persona de Cristo y el deber de los Pastores de preservar la fe del Pueblo de Dios. Su criterio afirmaba que la fe del Pueblo de Dios era una expresión de la tradición y una garantía de la sana doctrina. En una carta a Nestorio, Cirilo describió claramente su fe cristológica: "Afirmamos de esta manera que hay dos diferentes naturalezas que se han unido en la verdadera unidad, pero de ambas hay un solo Cristo e Hijo" porque "la divinidad y la humanidad, unidas en una unión indescriptible e inefable, nos han producido el único Señor y Cristo e Hijo". Por lo tanto, subrayó el Obispo de Alejandría, "profesaremos un solo Cristo y Señor". Cirilo consiguió que Nestorio fuera condenado repetidamente y hacia el año 433, elaboró una fórmula teológica de reconciliación con los Antioquenos. Murió el 27 de junio de 444.

Santo del 27 de junio

Nacida en Verona, a los 20 años, María se hace religiosa de las Hermanas de la Misericordia donde enseñó. Después de siete meses de retiro en un claustro cisterciense, en 1932 sintió la inspiracion de fundar las Religiosas de la Santa Faz, para "hacer sonreír" el rostro de Cristo entre los hombres.  
 

Oración del día:

 
"Ó s. Cirilo de Alejandría, obispo y doctor de la Iglesia, humilde siervo de Dios, que encontraste en la soledad y la oración la verdadera paz, intercede por nosotros ante el Señor. Ayúdanos a buscar la unidad y la fortaleza espiritual en medio de las tribulaciones, y guíanos con tu sabiduría hasta el corazón de la Santísima Trinidad. Amén."
 
Que en este día podamos reflexionar sobre la vida de s. Cirilo de Alejandría, obispo y doctor de la Iglesia y encontrar inspiración en su entrega total a Dios, especialmente en tiempos difíciles.
 

El Santo del Día: La Importancia de la Santidad Cotidiana

Cada día, la Iglesia Católica conmemora la vida de uno o más santos, recordando sus virtudes y su testimonio de fe. La tradición del "Santo del Día" nos permite conocer a quienes dedicaron su existencia a Dios, sirviendo con amor y devoción a la humanidad.
 

¿Quiénes son los santos?

Los santos fueron hombres y mujeres que, en su caminar por este mundo, se esforzaron por seguir fielmente las enseñanzas de Cristo. Algunos sufrieron el martirio por su fe, mientras que otros dedicaron sus vidas a la oración, la caridad y la evangelización. La Iglesia los reconoce como santos tras un proceso en el que se confirman sus virtudes y los milagros atribuidos a su intercesión.
 

La celebración del Santo del Día

Cada santo tiene un día especial de conmemoración, generalmente en la fecha de su fallecimiento, visto como el momento de su encuentro definitivo con Dios. Esta práctica nos invita a conocer más sobre sus vidas y a dejarnos inspirar por su testimonio de santidad.
 

Un propósito espiritual

Celebrar el Santo del Día no es solo un recordatorio histórico, sino también un llamado a la reflexión y a la oración. A través de su intercesión, podemos pedir fuerza y aliento para afrontar los desafíos diarios con más fe y esperanza.
 
Conocer la vida de los santos y celebrar su legado es una manera hermosa de fortalecer nuestra fe y encontrar modelos concretos de vida cristiana. Cada uno de ellos nos deja una enseñanza sobre perseverancia, amor al prójimo y entrega total a Dios. Que sus historias nos animen a vivir con más devoción y propósito, siguiendo el camino de Cristo en nuestro día a día.
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