Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

s. Eligio, obispo de Noyon

s. Eligio, obispo de Noyon - Santo del día 01 de diciembre

Santo del 01 de diciembre

San Eligio, que se celebra el 1 de diciembre, es el patrono de los joyeros y por extensión, de los herreros, metalúrgicos, ferreteros, los herradores de caballos y también de los agricultores, los carreteros, los mecánicos y garajistas.  
s. Eligio, obispo de Noyon

Orfebre generoso

Nacido alrededor del 588, originario de Chaptelat en Limousin, el “buen San Eligio” pertenecía a una familia acomodada de campesinos, que trabajaban su propia tierra a diferencia de tantos propietarios terratenientes, que se lo encargaban a los esclavos. Dejó a uno de sus hermanos al cuidado de la tierra y entró como aprendiz de orfebrería en un taller donde se fundía la moneda real según los antiguos métodos romanos. Ahorró una parte de los réditos provenientes de su familia, y los utilizó para la caridad con pobres y esclavos. Era tan hábil con los esmaltes como con la fundición del oro. Estas cualidades profesionales iban aparejadas con una honestidad escrupulosa. Cuando le pidieron que realizara un trono de oro para el rey Clotario II (613-629), le hizo otro con el oro sobrante, que no retuvo para sí.

Al servicio del rey

Este gesto, extraordinario para la época, le valió la confianza del rey que le pidió que se quedara en París como orfebre real, funcionario de la Tesorería real y consejero de la corte. Nombrado “monetario” en Marsella, rescatará a muchos de los esclavos que se vendían en el puerto. Cuando Dagoberto fue proclamado rey en el 629, es reclamado a París, donde dirige los talleres del reino franco en los que se acuña la moneda, que se encuentran sobre el Quai des Orfèvres, junto a la Rue de la Monnaie actual. Recibe entre otros, el encargo de embellecer la tumba de Santa Genoveva y San Denis. Realiza relicarios para San Germán, San Severino, San Martín y Santa Colomba, y numerosos objetos litúrgicos para la abadía de San Denis. Gracias a su honestidad, a su franqueza privada de adulación, y a su capacidad de juicio pacífico, obtiene la confianza del rey, que frecuentemente lo hacía llamar a su lado, hasta confiarle una misión de paz con el rey bretón Judicaël.

Obispo de Noyon

Eran grandes la piedad y la vida de oración de este laico, que frecuentemente participaba en los oficios monásticos. En el 632 funda el monasterio de Solignac en el sur de Limoges. En vida suya, el monasterio cuenta ya con más de 150 monjes que respetan dos reglas: la de San Benito y la de San Colombano; el monasterio queda bajo la protección del rey y no de la del obispo. El fervor religioso y el ardor en el puesto de trabajo lo convierten en uno de los monasterios más prósperos de su tiempo. Un año después de la fundación de Solignac, funda en su casa de L’Ile de la Cité, el primer monasterio femenino de París, cuya dirección confía a Santa Aurea. Después de la muerte de Dagoberto, al cual asiste en los últimos momentos de su vida, Eligio deja la corte junto a San Audeno, que había desempeñado el cargo de consejero y canciller. Como él, sigue la carrera eclesiástica y es ordenado sacerdote; el mismo día, el 13 de mayo del 641, reciben el episcopado: San Audeno, obispo de Rouen y Eligio obispo de Noyon y Tournai. Eligio puso todo su celo en la misión apostólica. Muere en el 660, la vigilia de su partida hacia Cahors. La santa reina Batilde, había emprendido el viaje para saludarlo, pero llegará demasiado tarde.

Una Iglesia de San Eligio en París

En París, se le dedica una Iglesia en el barrio de los herreros, de los ebanistas; la Iglesia de san Eligio, reconstruida en 1967. Una Iglesia destruida en 1793, le había sido dedicada en la Rue des Orfèvres junto a la “Casa de la moneda”. En la Catedral de Notre-Dame, en la capilla de Santa Ana, una vez sede de su confraternidad, los orfebres y joyeros de París, han ubicado su estatua y restaurado su altar.

Santo del 01 de diciembre

Joven francés, rico y aristocrático, renunció a todo para vivir en el desierto argelino, testigo silencioso de Cristo a través de la presencia del sacramento de la Eucaristía y de la cercanía a sus hermanos más abandonados. Fue asesinado en 1916.   Leer todo...
El séptimo profeta menor, Nahum, que significa "Dios consuela", nació en Elcos, Galilea en el siglo VII A.C. En su libro se celebra con fina ironía el triunfo de la justicia divina: Nínive, la ciudad idolátrica, corrompida y opresora que había exterminado Tebas, ha sido arrasada por Babilonia.  
 

Oración del día:

 
"Ó s. Eligio, obispo de Noyon, humilde siervo de Dios, que encontraste en la soledad y la oración la verdadera paz, intercede por nosotros ante el Señor. Ayúdanos a buscar la unidad y la fortaleza espiritual en medio de las tribulaciones, y guíanos con tu sabiduría hasta el corazón de la Santísima Trinidad. Amén."
 
Que en este día podamos reflexionar sobre la vida de s. Eligio, obispo de Noyon y encontrar inspiración en su entrega total a Dios, especialmente en tiempos difíciles.
 

El Santo del Día: La Importancia de la Santidad Cotidiana

Cada día, la Iglesia Católica conmemora la vida de uno o más santos, recordando sus virtudes y su testimonio de fe. La tradición del "Santo del Día" nos permite conocer a quienes dedicaron su existencia a Dios, sirviendo con amor y devoción a la humanidad.
 

¿Quiénes son los santos?

Los santos fueron hombres y mujeres que, en su caminar por este mundo, se esforzaron por seguir fielmente las enseñanzas de Cristo. Algunos sufrieron el martirio por su fe, mientras que otros dedicaron sus vidas a la oración, la caridad y la evangelización. La Iglesia los reconoce como santos tras un proceso en el que se confirman sus virtudes y los milagros atribuidos a su intercesión.
 

La celebración del Santo del Día

Cada santo tiene un día especial de conmemoración, generalmente en la fecha de su fallecimiento, visto como el momento de su encuentro definitivo con Dios. Esta práctica nos invita a conocer más sobre sus vidas y a dejarnos inspirar por su testimonio de santidad.
 

Un propósito espiritual

Celebrar el Santo del Día no es solo un recordatorio histórico, sino también un llamado a la reflexión y a la oración. A través de su intercesión, podemos pedir fuerza y aliento para afrontar los desafíos diarios con más fe y esperanza.
 
Conocer la vida de los santos y celebrar su legado es una manera hermosa de fortalecer nuestra fe y encontrar modelos concretos de vida cristiana. Cada uno de ellos nos deja una enseñanza sobre perseverancia, amor al prójimo y entrega total a Dios. Que sus historias nos animen a vivir con más devoción y propósito, siguiendo el camino de Cristo en nuestro día a día.
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