Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

s. Nicolás de Bari, obispo de Mira

s. Nicolás de Bari, obispo de Mira - Santo del día 06 de diciembre

Santo del 06 de diciembre

San Nicolás de Bari es uno de los Santos más populares y amados, a causa de la tradición que lo considera el protector de niños y jóvenes. Su fiesta se celebra el 6 de diciembre.  
s. Nicolás de Bari, obispo de Mira

Una vida obediente

Nicolás nace en Patara, una pequeña ciudad marítima de Licia, en la Turquía meridional, en el siglo III después de Cristo, y en el seno de una familia acomodada que lo educó en el cristianismo. Su vida, desde su primera juventud, estuvo fundamentada en la obediencia. Quedó huérfano muy joven de ambos progenitores y él, en memoria de la página evangélica del joven rico, usó toda la fortuna paterna para atender a necesitados, enfermos y pobres. Fue elegido obispo de Myra y bajo el reinado del emperador Diocleciano fue exiliado y encarcelado. Después de ser liberado, en el 325, participó en el Concilio de Nicea y murió en Myra el 6 de diciembre del 343. Son muchos los episodios que nos han llegado a cerca de Nicolás, y todos testimonian una vida al servicio de los más débiles, los pequeños y los indefensos.

Defensor de los débiles

Una de las historias más antiguas sobre San Nicolás, tiene que ver con un vecino de casa que tenía tres hijas en edad de casarse, pero no tenía suficiente dinero para asegurarles una dote. Para salvarlas de un destino de prostitución, Nicolás una noche, provisto de dinero envuelto en un paño, lo lanzó a través de la ventana de la casa del vecino y huyó inmediatamente para que no lo reconocieran. Gracias a esa donación, el vecino consiguió casar a la primogénita. Nicolás repitió su gesto generoso otras dos veces, pero la tercera noche, el padre de las jóvenes salió a tiempo de reconocer al misterioso benefactor, que sin embargo imploró, no se dijera nada a nadie. Otra historia cuenta sobre tres jóvenes estudiantes de teología en viaje hacia Atenas. El patrón de la posada donde se habían detenido por la noche, los asaltó y los mató, escondiendo sus cuerpos en una barrica. El obispo Nicolás, también en camino hacia Atenas, se detuvo en la misma posada y tuvo en sueños la visión del delito cometido por el posadero. Recogido en oración, San Nicolás obtuvo el milagro del regreso a la vida de los tres muchachos y de la conversión del posadero malvado. Este episodio como el de la milagrosa liberación de Basilio, un muchacho raptado por los piratas y vendido como copero a un emir  (la leyenda cuenta que reapareció misteriosamente en casa de sus padres, y todavía tenía entre las manos la copa de oro del soberano extranjero), contribuyeron a difundir su imagen de patrono de niños y jóvenes.

Protector de navegantes

Durante los años de su juventud, Nicolás se embarcó para acercarse en peregrinación a Tierra Santa. Caminando por los mismos caminos que recorrió Jesús, Nicolás rogó poder hacer una experiencia todavía más profunda de cercanía a la vida y a los sufrimientos  de Jesús. En el viaje de vuelta, se desencadenó una tremenda tempestad, y la nave corrió el riesgo de hundimiento. Nicolás se recogió en la oración, y el viento y las olas repentinamente se calmaron, ante la sorpresa de los marineros, que ya temían el naufragio.

San Nicolás de Bari

Después de la muerte de San Nicolás, su tumba en Myra se convirtió pronto en meta de peregrinaciones y sus reliquias fueron rápidamente consideradas milagrosas a causa de un misterioso líquido, llamado el “maná” de San Nicolás, que salía de ellas. Cuando Licia, en el siglo XI fue ocupada por los turcos, los venecianos intentaron hacerse con ellas, pero fueron precedidos por los bareses, que llevaron las reliquias a Apulia en el 1087. Dos años después fue terminada la cripta de la nueva Iglesia, deseada por el pueblo de Bari, sobre el lugar en donde se erigía el palacio del gobernador bizantino, y el Papa Urbano II, escoltado por caballeros normandos señores de Apulia, posó las reliquias del santo sobre el altar, en donde se encuentran todavía hoy. El traslado de las reliquias de San Nicolás tuvo un eco extraordinario en toda Europa y en el Medievo, el santuario pullés se convirtió en una importante meta de peregrinaciones, con el resultado de la difusión del culto a San Nicolás de Bari (y no de Myra).

Santa Klaus

En los Paises Bajos y en general en los territorios germánicos, la fiesta invernal de San Nicolás (en holandés “Sint Nikolaas” y después “Sinteklaas”), que tiene en particular bajo su protección a los más jóvenes, ha dado origen a la tradición infantil de la espera de los regalos: la vigilia de la fiesta del santo, los niños dejan zapatos o calcetines sobre una silla o junto a la chimenea, y se van a dormir confiados en que a la mañana siguiente, los encontrarán llenos de dulces y regalos.

 

Santo del 06 de diciembre

Colaboradora de San Jerónimo, Asela vivió en Roma en el siglo IV. Consagrada al Señor, estudió la Biblia, practicó el ayuno, la penitencia y una delicada caridad hacia los pobres. Oraba sin cesar y, por las noches, honraba las reliquias de los mártires. El historiador Paladio también habla de ella.  
 

Oración del día:

 
"Ó s. Nicolás de Bari, obispo de Mira, humilde siervo de Dios, que encontraste en la soledad y la oración la verdadera paz, intercede por nosotros ante el Señor. Ayúdanos a buscar la unidad y la fortaleza espiritual en medio de las tribulaciones, y guíanos con tu sabiduría hasta el corazón de la Santísima Trinidad. Amén."
 
Que en este día podamos reflexionar sobre la vida de s. Nicolás de Bari, obispo de Mira y encontrar inspiración en su entrega total a Dios, especialmente en tiempos difíciles.
 

El Santo del Día: La Importancia de la Santidad Cotidiana

Cada día, la Iglesia Católica conmemora la vida de uno o más santos, recordando sus virtudes y su testimonio de fe. La tradición del "Santo del Día" nos permite conocer a quienes dedicaron su existencia a Dios, sirviendo con amor y devoción a la humanidad.
 

¿Quiénes son los santos?

Los santos fueron hombres y mujeres que, en su caminar por este mundo, se esforzaron por seguir fielmente las enseñanzas de Cristo. Algunos sufrieron el martirio por su fe, mientras que otros dedicaron sus vidas a la oración, la caridad y la evangelización. La Iglesia los reconoce como santos tras un proceso en el que se confirman sus virtudes y los milagros atribuidos a su intercesión.
 

La celebración del Santo del Día

Cada santo tiene un día especial de conmemoración, generalmente en la fecha de su fallecimiento, visto como el momento de su encuentro definitivo con Dios. Esta práctica nos invita a conocer más sobre sus vidas y a dejarnos inspirar por su testimonio de santidad.
 

Un propósito espiritual

Celebrar el Santo del Día no es solo un recordatorio histórico, sino también un llamado a la reflexión y a la oración. A través de su intercesión, podemos pedir fuerza y aliento para afrontar los desafíos diarios con más fe y esperanza.
 
Conocer la vida de los santos y celebrar su legado es una manera hermosa de fortalecer nuestra fe y encontrar modelos concretos de vida cristiana. Cada uno de ellos nos deja una enseñanza sobre perseverancia, amor al prójimo y entrega total a Dios. Que sus historias nos animen a vivir con más devoción y propósito, siguiendo el camino de Cristo en nuestro día a día.
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