Santo del 1 de enero
Conozca la Historia y la Devoción
El día 1 de enero, la Iglesia Católica celebra la vida y el legado de santos y beatos que marcaron la historia de la fe con su ejemplo de amor a Dios y al prójimo. En esta fecha especial, recordamos su trayectoria, milagros y enseñanzas, que continúan inspirando a los fieles en todo el mundo.
Acompáñenos a conocer la historia del Santo del 1 de enero, descubra sus virtudes y profundice en la espiritualidad cristiana a través de oraciones y reflexiones. ¡Que su testimonio de fe fortalezca nuestro camino diario!
Nativo de Civitavecchia (1745-1824), contra la voluntad del padre se hace sacerdote pasionista. Gran predicador, obispo de Macerata: cuida la formación de los seminaristas y ayuda a los pobres. Después de negarse a jurar fidelidad a Napoleón, el Papa lo convoca a Roma como su consejero.
El Concilio de Éfeso establece una verdad muy querida por el pueblo cristiano: María es verdadera Madre de Cristo, que es verdadero Dios y verdadero hombre: una sola Persona con dos naturalezas, sin confusión, sin mutación, sin división. En consecuencia es afirmada también su maternidad divina.
Calendario Litúrgico
1 de enero: Solemnidad de María Santísima, Madre de Dios
Solemnity
Lecturas y Evangelio de hoy
Primera Lectura:
Números 6, 22-27
Segunda Lectura:
Gálatas 4, 4-7
Aclamación antes del Evangelio:
Hebreos 1, 1-2
Evangelio:
Lucas 2, 16-21
Color litúrgico: White
Reflexión
El pueblo entero de la ciudad de Éfeso permaneció ansioso en espera de la resolución [del Sínodo sobre la Maternidad de María]… Cuando se supo que el autor de las blasfemias [Nestorio] había sido depuesto, todos a una voz comenzaron a glorificar a Dios (San Cirilo de Alejandría)
Jesús es el Hijo de Dios y, al mismo tiempo, es hijo de una mujer: María. Viene de Ella. Es de Dios y de María. Por eso la Madre de Jesús se puede y se debe llamar Madre de Dios, “Theotókos” (Concilio de Éfeso, año 431) (Benedicto XVI)
El concilio de Éfeso proclamó en el año 431 que María llegó a ser con toda verdad Madre de Dios mediante la concepción humana del Hijo de Dios en su seno: Madre de Dios, no porque el Verbo de Dios haya tomado de ella su naturaleza divina, sino porque es de Ella (…) (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 466)