Santo del 15 de septiembre
Conozca la Historia y la Devoción
El día 15 de septiembre, la Iglesia Católica celebra la vida y el legado de santos y beatos que marcaron la historia de la fe con su ejemplo de amor a Dios y al prójimo. En esta fecha especial, recordamos su trayectoria, milagros y enseñanzas, que continúan inspirando a los fieles en todo el mundo.
Acompáñenos a conocer la historia del Santo del 15 de septiembre, descubra sus virtudes y profundice en la espiritualidad cristiana a través de oraciones y reflexiones. ¡Que su testimonio de fe fortalezca nuestro camino diario!
En la época de Domiciano, en el siglo I, el sacerdote romano Nicomedes fue descubierto sepultando a cristianos víctimas de persecución. Arrestado, se negó a sacrificar a los dioses paganos, fue asesinado y arrojado al Tíber. Su cuerpo, recuperado por un clérigo, fue sepultado en la Vía Nomentana.
Fue después de un encuentro con su hermana monja que Catalina, de la importante familia Fieschi, cambió su vida para dedicarse a los pobres y sobre todo a los enfermos de sífilis; fundó la Compañía de las Damas de la Misericordia. La "Señora Catalinita", como la llamaban, murió por la peste en 1510.
Calendario Litúrgico
15 de septiembre: Memoria de Nuestra Señora de los Dolores
Memorial
Lecturas y Evangelio de hoy
Primera lectura :
1 Timoteo 2, 1-8
Secuencia (opcional):
Aclamación antes del Evangelio:
Evangelio:
Juan 19, 25-27
O bien::
Lucas 2, 33-35
Color litúrgico: White
Reflexión
Así como tenemos que estar agradecidos a Jesús por su Pasión, sufrida por amor nuestro, así también tenemos que estar llenos de gratitud hacia María Santísima por el martirio que, al morir su Hijo, quiso soportar voluntariamente para salvarnos (San Alberto Magno)
Al pie de la cruz, María junto con Juan, es testigo de las palabras de perdón que salen de la boca de Jesús. Dirijamos a Ella la antigua y siempre nueva oración del Salve Regina, para que nunca se canse de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y nos haga dignos de contemplar el rostro de la misericordia, su Hijo Jesús (Francisco)
María es la orante perfecta, figura de la Iglesia. Cuando le rezamos, nos adherimos con Ella al designio del Padre, que envía a su Hijo para salvar a todos los hombres. Como el discípulo amado, acogemos a la madre de Jesús, hecha madre de todos los vivientes. Podemos orar con Ella y a Ella. La oración de la Iglesia está sostenida por la oración de María. Le está unida en la esperanza (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.679)