Santo del 17 de septiembre
Conozca la Historia y la Devoción
El día 17 de septiembre, la Iglesia Católica celebra la vida y el legado de santos y beatos que marcaron la historia de la fe con su ejemplo de amor a Dios y al prójimo. En esta fecha especial, recordamos su trayectoria, milagros y enseñanzas, que continúan inspirando a los fieles en todo el mundo.
Acompáñenos a conocer la historia del Santo del 17 de septiembre, descubra sus virtudes y profundice en la espiritualidad cristiana a través de oraciones y reflexiones. ¡Que su testimonio de fe fortalezca nuestro camino diario!
El padre lo quería político, el hijo entra a la Compañía de Jesús. Humanista, insigne teólogo de la Iglesia post-tridentina- S. Roberto Belarmino es creado cardenal en 1599. Es un hombre docto pero da todo a los pobres. Pío XI lo proclama Beato, Santo y Doctor de la Iglesia.
Atraída por un grande amor al Señor, Colomba le dedicò totalmente su vida en un monasterio cerca de Córdoba, España. Ejemplo de santidad y grande estudiosa de la Escritura, durante la persecución de los Moros, desobedeció a los obispos y se autodenunció como cristiana. Murió mártir en 853.
Calendario Litúrgico
17 de septiembre: Miércoles de la XXIV semana del Tiempo ordinario
Lecturas y Evangelio de hoy
Primera lectura :
1 Timoteo 3, 14-16
Aclamación antes del Evangelio:
Cfr Juan 6, 63. 68
Evangelio:
Lucas 7, 31-35
Color litúrgico: Green
Reflexión
No todos pueden percibir la sabiduría en toda su perfección. A todos, sin embargo, se les infunde, según su capacidad, el espíritu de sabiduría, con tal que tengan fe. Si crees, posees el espíritu de sabiduría (San Ambrosio)
Hará bien preguntarnos: ¿Cómo quiero ser salvado? ¿A mi manera? ¿O del modo divino, o sea, en la vía de Jesús? (Francisco)
(…) La fe y la práctica del Evangelio procuran a cada uno una experiencia de la vida “en Cristo” que ilumina y da capacidad para estimar las realidades divinas y humanas según el Espíritu de Dios. Así el Espíritu Santo puede servirse de los más humildes para iluminar a los sabios y los constituidos en más alta dignidad (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.038)