Santo del 19 de agosto
Conozca la Historia y la Devoción
El día 19 de agosto, la Iglesia Católica celebra la vida y el legado de santos y beatos que marcaron la historia de la fe con su ejemplo de amor a Dios y al prójimo. En esta fecha especial, recordamos su trayectoria, milagros y enseñanzas, que continúan inspirando a los fieles en todo el mundo.
Acompáñenos a conocer la historia del Santo del 19 de agosto, descubra sus virtudes y profundice en la espiritualidad cristiana a través de oraciones y reflexiones. ¡Que su testimonio de fe fortalezca nuestro camino diario!
Su gesto característico es la atención a los apestados. Corre el 1625 y Juan Eudes, normando, es un sacerdote que se dedica a la gente, especialmente si es pobre. Recorre la Francia embrutecida por la Guerra de los Treinta años. Funda la Congregación de Jesús y María, de quienes era muy devoto.
Papa desde 432, Sixto III luchó contra las herejías pelagianas y nestorianas. También reconcilió los Patriarcados de Antioquía y Alejandría. Reforzó el dogma trinitario y donó la Basílica de Santa María la Mayor a la ciudad de Roma. Murió en el 440. Sus restos yacen en San Lorenzo fuori le Mura.
En el año 285, Magno fue uno de los soldados de la Legión Tebana, conducida por san Mauricio, que desobedeció la orden de Maximiano de ajusticiar a los cristianos de la zona del Valais, hoy Piamonte, donde evangelizaba. Perseguido por su fe cristiana, fue arrestado y murió como mártir en los Alpes.
Calendario Litúrgico
19 de agosto: Martes de la XX Semana del Tiempo Ordinario
Lecturas y Evangelio de hoy
Lectura I:
Jueces 6, 11-24a
Aclamación antes del Evangelio:
2 Corintios 8, 9
Evangelio:
Mateo 19, 23-30
Color litúrgico: Green
Reflexión
Es más fácil que el sol no luzca ni caliente que un cristiano deje de dar luz. ¡No inflijas una ofensa a Dios!: si ordenamos bien nuestra conducta, todo lo demás seguirá como consecuencia natural (San Juan Crisóstomo)
La vocación cristiana es sobre todo una llamada de amor que atrae y que se refiere a algo más allá de uno mismo, hacia su liberación en la entrega de sí (Benedicto XVI)
La Iglesia ruega para que nadie se pierda: ‘Jamás permitas, Señor, que me separe de ti’. Si bien es verdad que nadie puede salvarse a sí mismo, también es cierto que ‘Dios quiere que todos los hombres se salven’ (1Tm 2,4) y que para Él ‘todo es posible’ (Mt 19,26) (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.058)