Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

Evangelio del lunes, 3 de febrero de 2025

Calendario Litúrgico del lunes, 3 de febrero de 2025

Lunes de la IV semana del Tiempo ordinario

Lecturas y Evangelio de hoy

Primera lectura: Hebreos 11, 32-40
Salmo Responsorial: Salmo 30, 20. 21.22. 23. 24
Aclamación antes del Evangelio: Lucas 7, 16
Evangelio: Marcos 5, 1-20

Color litúrgico: Verde

lunes, 3 de febrero de 2025: Lectura & Salmo Responsorial & Evangelio & Reflexión

Primera lectura

Hebreos 11, 32-40

Hermanos: ¿Para qué seguir hablando sobre el poder de la fe? Me faltaría tiempo, si tuviera que exponer en detalle lo que hicieron Gedeón, Baruc, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas. Por su fe, ellos conquistaron reinos e hicieron justicia, lograron que se fueran cumpliendo las promesas divinas, cerraron las fauces de los leones, dominaron la violencia del fuego, se salvaron del filo de la espada, vencieron las enfermedades, fueron valientes en la guerra y pusieron en fuga a los ejércitos extranjeros.

Hubo también algunas mujeres, que por su fe obtuvieron la resurrección de sus hijos muertos. Muchos, sometidos a las torturas, prefirieron no ser rescatados, para alcanzar así la resurrección. Unos sufrieron escarnios y azotes, cadenas y cárcel. Otros, fueron apedreados, aserrados, torturados y muertos a espada; anduvieron errantes, cubiertos con pieles de ovejas y de cabras, faltos de todo, pasando necesidad, apuros y malos tratos. Esos hombres, de los cuales no era digno el mundo, tuvieron que vagar por desiertos y montañas, por grutas y cavernas.

Sin embargo, todos ellos, aunque acreditados por su fe, no alcanzaron a ver el pleno cumplimiento de la promesa: es que Dios había dispuesto para nosotros algo mejor y no quería que ellos llegaran, sin nosotros, a la perfección.

Salmo Responsorial

Salmo 30, 20. 21.22. 23. 24

R. (25) Quien confía en el Señor, no desespere. 
¡Qué grande es la bondad que has reservado, 
Señor, para tus fieles!
Con quien se acoge a ti,
Señor, ¡qué bueno eres! 
R. Quien confía en el Señor, no desespere. 
Tu presencia lo ampara
de todas las intrigas de los hombres,
y lo pone a resguardo de las burlas
y las murmuraciones. 
R. Quien confía en el Señor, no desespere. 
Bendito sea el Señor, 
que en mis horas de angustia 
ha prodigado las pruebas de su amor. 
R. Quien confía en el Señor, no desespere. 
En mi inquietud, Señor, llegué a pensar
que me habías quitado de tu vista; 
pero oíste la voz de mis plegarias
cuando clamaba a ti. 
R. Quien confía en el Señor, no desespere. 
Que amen al Señor todos sus fieles,
pues protege a los leales
y a los soberbios da lo que merecen. 
R. Quien confía en el Señor, no desespere. 

Aclamación antes del Evangelio

Lucas 7, 16

R. Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros.
Dios ha visitado a su pueblo.
R. Aleluya.

 

Evangelio

Marcos 5, 1-20

En aquel tiempo, después de atravesar el lago de Genesaret, Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla, a la región de los gerasenos. Apenas desembarcó Jesús, vino corriendo desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu inmundo, que vivía en los sepulcros. Ya ni con cadenas podían sujetarlo; a veces habían intentado sujetarlo con argollas y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba las argollas; nadie tenía fuerzas para dominarlo. Se pasaba días y noches en los sepulcros o en el monte, gritando y golpeándose con piedras.

Cuando aquel hombre vio de lejos a Jesús, se echó a correr, vino a postrarse ante él y gritó a voz en cuello: “¿Qué quieres tú conmigo, Jesús, Hijo de Dios altísimo? Te ruego por Dios que no me atormentes”.

Dijo esto porque Jesús le había mandado al espíritu inmundo que saliera de aquel hombre. Entonces le preguntó Jesús: “¿Cómo te llamas?” Le respondió: “Me llamo Legión, porque somos muchos”. Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca.

Había allí una gran piara de cerdos, que andaban comiendo en la falda del monte. Los espíritus le rogaban a Jesús: “Déjanos salir de aquí para meternos en esos cerdos”. Y él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y todos los cerdos, unos dos mil, se precipitaron por el acantilado hacia el lago y se ahogaron.

Los que cuidaban los cerdos salieron huyendo y contaron lo sucedido, en el pueblo y en el campo. La gente fue a ver lo que había pasado. Se acercaron a Jesús y vieron al antes endemoniado, ahora en su sano juicio, sentado y vestido. Entonces tuvieron miedo. Y los que habían visto todo, les contaron lo que le había ocurrido al endemoniado y lo de los cerdos. Ellos comenzaron a rogarle a Jesús que se marchara de su comarca.

Mientras Jesús se embarcaba, el endemoniado le suplicaba que lo admitiera en su compañía, pero él no se lo permitió y le dijo: “Vete a tu casa a vivir con tu familia y cuéntales lo misericordioso que ha sido el Señor contigo”. Y aquel hombre se alejó de ahí y se puso a proclamar por la región de Decápolis lo que Jesús había hecho por él. Y todos los que lo oían se admiraban.

Reflexión

  • Es como si Jesús dijera: Sal de mi casa, ¿qué haces en mi morada? Yo deseo entrar: Sal de este hombre, de esta morada preparada para mí (San Clemente de Roma)

  • El cristiano es alguien que lleva dentro de sí un deseo profundo: el de encontrarse con su Señor junto a los hermanos... ¡Es lo que nos hace felices! (Francisco)

  • El pecado mortal, que ataca en nosotros el principio vital que es la caridad, necesita una nueva iniciativa de la misericordia de Dios y una conversión del corazón que se realiza ordinariamente en el marco del sacramento de la Reconciliación (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.856)

  • Santo del día

    s. Biagio, obispo de Sebastes y mártir
    Médico en Armenia, más tarde obispo, según antiguos relatos realizó numerosos milagros, entre los cuales la curación de un muchacho de una espina de pez clavada en la tráquea. Por no haber renegado la fe, fue despellejado vivo en el 316. Es invocado por el dolor de garganta.  
    s. Ansgario (Oscar), obispo de Hamburgo y Brema, apóstol de la Escandinavia
    Originario de Corbie, Francia, Ansgario - u Oscar - toda su vida persiguió el sueño de evangelizar las tierras del Norte; por esta razón todavía hoy en día es venerado como el apóstol de Escandinavia. Un predicador incansable, fue obispo de Hamburgo y Bremen. Murió en el año 865.   Leia tudo...

    Versículo del Día

    "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos." (Mateo 5,3)
    📖 Evangelio de hoy
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