Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

Evangelio del miércoles, 5 de marzo de 2025

Calendario Litúrgico del miércoles, 5 de marzo de 2025

Miércoles de Ceniza

Lecturas y Evangelio de hoy

Primera lectura : Joel 2, 12-18
Salmo Responsorial: Salmo 50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17
Segunda Lectura: 2 Corintios 5, 20–6, 2
Aclamación antes del Evangelio: Cfr Salmo 94, 8
Evangelio: Mateo 6, 1-6. 16-18

Color litúrgico: Morado

miércoles, 5 de marzo de 2025: Lectura & Salmo Responsorial & Evangelio & Reflexión

Primera lectura

Joel 2, 12-18

Esto dice el Señor:
"Todavía es tiempo.
Vuélvanse a mí de todo corazón,
con ayunos, con lágrimas y llanto;
enluten su corazón y no sus vestidos.

Vuélvanse al Señor Dios nuestro,
porque es compasivo y misericordioso,
lento a la cólera, rico en clemencia,
y se conmueve ante la desgracia.

Quizá se arrepienta, se compadezca de nosotros
y nos deje una bendición,
que haga posibles las ofrendas y libaciones
al Señor, nuestro Dios.

Toquen la trompeta en Sión, promulguen un ayuno,
convoquen la asamblea, reúnan al pueblo,
santifiquen la reunión, junten a los ancianos,
convoquen a los niños, aun a los niños de pecho.
Que el recién casado deje su alcoba
y su tálamo la recién casada.

Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes,
ministros del Señor, diciendo:
'Perdona, Señor, perdona a tu pueblo.
No entregues tu heredad a la burla de las naciones.
Que no digan los paganos: ¿Dónde está el Dios de Israel?' "

Y el Señor se llenó de celo por su tierra
y tuvo piedad de su pueblo.

Salmo Responsorial

Salmo 50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17

R. (cf 3a) Misericordia, Señor, hemos pecado.
Por tu inmensa compasión y misericordia,
Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas.
Lávame bien de todos mis delitos,
y purifícame de mis pecados.
R. Misericordia, Señor, hemos pecado.
Puesto que reconozco mis culpas,
tengo siempre presentes mis pecados.
Contra ti sólo pequé, Señor,
haciendo lo que a tus ojos era malo.
R. Misericordia, Señor, hemos pecado.
Crea en mí, Señor, un corazón puro,
un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos.
No me arrojes, Señor, lejos de ti,
ni retires de mí ti santo espíritu.
R. Misericordia, Señor, hemos pecado.
Devuélveme tu salvación, que regocija
y mantén en mí un alma generosa.
Señor, abre mis labios,
y cantará mi boca tu alabanza.
R. Misericordia, Señor, hemos pecado.

Segunda Lectura

2 Corintios 5, 20–6, 2

Hermanos: Somos embajadores de Cristo, y por nuestro medio, es como si Dios mismo los exhortara a ustedes. En nombre de Cristo les pedimos que se dejen reconciliar con Dios. Al que nunca cometió pecado, Dios lo hizo "pecado" por nosotros, para que, unidos a él, recibamos la salvación de Dios y nos volvamos justos y santos.

Como colaboradores que somos de Dios, los exhortamos a no echar su gracia en saco roto. Porque el Señor dice: En el tiempo favorable te escuché y en el día de la salvación te socorrí. Pues bien, ahora es el tiempo favorable; ahora es el día de la salvación.

Aclamación antes del Evangelio

Cfr Salmo 94, 8

R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice:
"No endurezcan su corazón".
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Evangelio

Mateo 6, 1-6. 16-18

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.

Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará''.

 

Reflexión

  • En estos días, hay que poner especial solicitud y devoción en cumplir aquellas cosas que los cristianos deben realizar en todo tiempo: así viviremos, en santos ayunos, esta Cuaresma de institución apostólica (San León Magno)

  • Sabemos que este mundo cada vez más artificial nos hace vivir en una cultura del “hacer”, de lo “útil”, donde sin darnos cuenta excluimos a Dios de nuestro horizonte. La Cuaresma nos llama a “espabilarnos”, a recordarnos sencillamente que no somos Dios (Francisco)

  • La Ley Nueva practica los actos de la religión: la limosna, la oración y el ayuno, ordenándolos al ‘Padre que ve en lo secreto’ por oposición al deseo ‘de ser visto por los hombres’ (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.969)

  • Santo del día

    s. Lucio I, papa
    Elegido en 253, fue obligado al exilio. Al volver a Roma, se opone al rigor de los novacianos que rechazan la readmisión en la Iglesia de los cristianos que habían adorado ídolos para evitar la persecución. Lucio establece su reintegración a la comunidad después de las prácticas penitenciales.  
    Nacido cerca de Rovigo en 309, desde muy joven se comprometió con la evangelización que lo llevaría a Cesarea, Palestina, para apoyar a las poblaciones locales agotadas por el hambre y la persecución. Identificado, fue martirizado en Cesarea junto con San Eubulo durante el imperio de Diocleciano.  
    Nacido en Ischia en la noble familia Calosirto, Carlos Gaetano pronto se convirtió en Juan José de la Cruz y entró con los Frailes Menores Alcantarinos de Nápoles. Animado por el amor a María y la inmersión total en la pobreza, el sacerdote dirigirá la reunificación de esta familia religiosa.  

    Versículo del Día

    "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos." (Mateo 5,3)
    📖 Evangelio de hoy
    🙏 Hora Tercia
    📅 Calendario Litúrgico