Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

Evangelio del miércoles, 15 de enero de 2025

Calendario Litúrgico del miércoles, 15 de enero de 2025

Miércoles de la I semana del tiempo ordinario

Lecturas y Evangelio de hoy

Primera Lectura: Hebreos 2, 14-18
Salmo Responsorial: Salmo 104, 1-2. 3-4. 6-7. 8-9
Aclamación antes del Evangelio: Juan 10, 27
Evangelio: Marcos 1, 29-39

Color litúrgico: Verde

miércoles, 15 de enero de 2025: Lectura & Salmo Responsorial & Evangelio & Reflexión

Primera Lectura

Hebreos 2, 14-18

Hermanos: Todos los hijos de una familia tienen la misma sangre; por eso, Jesús quiso ser de nuestra misma sangre, para destruir con su muerte al diablo, que mediante la muerte, dominaba a los hombres, y para liberar a aquellos que, por temor a la muerte, vivían como esclavos toda su vida. 

Pues como bien saben ustedes, Jesús no vino a ayudar a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham; por eso tuvo que hacerse semejante a sus hermanos en todo, a fin de llegar a ser sumo sacerdote, misericordioso con ellos y fiel en las relaciones que median entre Dios y los hombres, y expiar así los pecados del pueblo. Como él mismo fue probado por medio del sufrimiento, puede ahora ayudar a los que están sometidos a la prueba. 

Salmo Responsorial

Salmo 104, 1-2. 3-4. 6-7. 8-9

R. (8a) El Señor nunca olvida sus promesas. 
Aclamen al Señor y denle gracias, 
relaten sus prodigios a los pueblos. 
Entonen en su honor himnos y cantos, 
celebren sus portentos. 
R. El Señor nunca olvida sus promesas.
Del nombre del Señor enorgullézcanse 
y siéntase feliz el que lo busca. 
Recurran al Señor y a su poder 
y a su presencia acudan.
R. El Señor nunca olvida sus promesas.
Descendientes de Abraham, su servidor, 
estirpe de Jacob, su predilecto, 
escuchen: el Señor es nuestro Dios 
y gobiernan la tierra sus decretos. 
R. El Señor nunca olvida sus promesas.
Ni aunque transcurran mil generaciones 
se olvidará pactada con Abraham, 
del juramento a Isaac, que un día le hiciera. 
R. El Señor nunca olvida sus promesas.

Aclamación antes del Evangelio

Juan 10, 27

R. Aleluya, aleluya. 
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; 
yo las conozco y ellas me siguen. 
R. Aleluya. 

Evangelio

Marcos 1, 29-39

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre, y enseguida le avisaron a Jesús. Él se le acercó, y tomándola de la mano, la levantó. En ese momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles. 

Al atardecer, cuando el sol se ponía, le llevaron a todos los enfermos y poseídos del demonio, y todo el pueblo se apiñó junto a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios, pero no dejó que los demonios hablaran, porque sabían quién era él. 

De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, Jesús se levantó, salió y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. Simón y sus compañeros lo fueron a buscar, y al encontrarlo, le dijeron: “Todos te andan buscando”. Él les dijo: “Vamos a los pueblos cercanos para predicar también allá el Evangelio, pues para eso he venido”. Y recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando a los demonios. 

Reflexión

  • Procurad reuniros con más frecuencia para celebrar la acción de gracias y la alabanza divina. Cuando os reunís con frecuencia en un mismo lugar, se debilita el poder de Satanás, y la concordia de vuestra fe le impide causaros mal alguno (San Ignacio de Antioquía)

  • El “amor hermoso” se aprende, sobre todo, rezando. La oración comporta siempre una especie de escondimiento con Cristo en Dios. Sólo en semejante escondimiento actúa el Espíritu Santo, fuente del “amor hermoso” (San Juan Pablo II)

  • No se hace contemplación [oración] cuando se tiene tiempo, sino que se toma el tiempo de estar con el Señor con la firme decisión de no dejarlo, cualesquiera que sean las pruebas y la sequedad del encuentro (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.710)

  • Santo del día

    s. Mauro, abad
    Hijo de un patricio romano, confiado a San Benito de Nursia, de quien fue discípulo predilecto. Abad de Subiaco, funda un monasterio en Francia. En él se inspira la congregación benedictina de los Mauristas, exterminada durante la Revolucion francesa.  
    Hijo de aristócratas, Juan vive en Constantinopla en el siglo V. A sólo 12 años de edad, huyó al monasterio de los Acemetas, cuya regla de vida era el Evangelio que siempre llevaban consigo. Después de algunos años inició una vida de mendicante justo frente a la casa de su padre, sin ser reconocido.  
    Se sabe poco sobre Pablo, primer ermitaño cristiano. Vivió en Egipto entre los siglos III y IV. Era un noble que escapó en el desierto por las persecuciones de Decio. En su larga vida de soledad se consagró a la lectura orante de la Palabra de Dios y a la generosa penitencia a favor de sus hermanos.  

    Versículo del Día

    "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos." (Mateo 5,3)
    📖 Evangelio de hoy
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