Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

Evangelio del viernes, 17 de enero de 2025

Calendario Litúrgico del viernes, 17 de enero de 2025

Memoria de San Antonio, abad

Memoria

Lecturas y Evangelio de hoy

Reading I: Hebreos 4, 1-5. 11
Salmo Responsorial: Salmo 77, 3 y 4bc. 6c-7. 8
Aclamación antes del Evangelio: Lucas 7,16
Evangelio: Marcos 2,1-12

Color litúrgico: Blanco

viernes, 17 de enero de 2025: Lectura & Salmo Responsorial & Evangelio & Reflexión

Reading I

Hebreos 4, 1-5. 11

Hermanos: Mientras está en pie la promesa de entrar en el descanso de Dios, tengamos cuidado, no sea que alguno se quede fuera. Porque a nosotros también se nos ha anunciado este mensaje de salvación, lo mismo que a los israelitas en el desierto; pero a ellos no les sirvió de nada oírlo, porque no lo recibieron con fe. En cambio, nosotros, que hemos creído, ciertamente entraremos en aquel descanso, al que se refería el Señor, cuando dijo: Por eso juré en mi cólera que no entrarían en mi descanso.

Los trabajos de Dios terminaron con la creación del mundo, ya que al hablar del séptimo día, la Escritura dice que Dios descansó de todos sus trabajos el día séptimo; y en el pasaje de que estamos hablando, afirma que no entrarían en su descanso.

Apresurémonos, pues, a entrar en ese descanso; no sea que alguno caiga en la infidelidad, como les sucedió a los israelitas.
 

Salmo Responsorial

Salmo 77, 3 y 4bc. 6c-7. 8

R. (cf 7c) No olvidemos las hazañas del Señor. 
Cuanto hemos escuchado y conocemos 
del poder del Señor y de su gloria, 
cuanto nos han narrado nuestros padres, 
nuestros hijos lo oirán de nuestra boca. 
R. No olvidemos las hazañas del Señor.
Que ellos también lo cuenten a sus hijos
para que en Dios coloquen su esperanza, 
cumplan los mandamientos del Señor 
y no echen al olvido sus hazañas. 
R. No olvidemos las hazañas del Señor.
Que no vayan a ser, como sus padres, 
generación rebelde y obstinada,
inconstante de corazón 
e infiel a Dios, de alma. 
R. No olvidemos las hazañas del Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Lucas 7,16

R. Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros.
Dios ha visitado a su pueblo.
R. Aleluya.

Evangelio

Marcos 2,1-12

Cuando Jesús volvió a Cafarnaúm, corrió la voz de que estaba en casa, y muy pronto se aglomeró tanta gente, que ya no había sitio frente a la puerta. Mientras él enseñaba su doctrina, le quisieron presentar a un paralítico, que iban cargando entre cuatro. Pero como no podían acercarse a Jesús por la cantidad de gente, quitaron parte del techo, encima de donde estaba Jesús, y por el agujero bajaron al enfermo en una camilla.

Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: “Hijo, tus pecados te quedan perdonados”. Algunos escribas que estaban allí sentados comenzaron a pensar: “¿Por qué habla éste así? Eso es una blasfemia. ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?”

Conociendo Jesús lo que estaban pensando, les dijo: “¿Por qué piensan así? ¿Qué es más fácil, decirle al paralítico: ‘Tus pecados te son perdonados’ o decirle: ‘Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa’? Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados – le dijo al paralítico –: Yo te lo mando: levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa”.

El hombre se levantó inmediatamente, recogió su camilla y salió de allí a la vista de todos, que se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: “¡Nunca habíamos visto cosa igual!”
 

Reflexión

  • Al perdonar los pecados, sanó al hombre y dio a entender visiblemente quién era Él, en su persona: Él era el Verbo de Dios encarnado, con potestad para perdonar los pecados. Como hombre se compadece de nosotros, y como Dios se apiada de nosotros y perdona nuestras ofensas (San Ireneo)

  • El Evangelio nos presenta a Cristo que vence las parálisis de la humanidad. Describe el poder de la Misericordia divina que perdona y cancela todo pecado cuando encuentra una fe auténtica. El mandato de Cristo puede dar un vuelco a la situación: ‘¡Levántate, camina!’ (Francisco)

  • El Señor Jesucristo, médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos, que perdonó los pecados al paralítico y le devolvió la salud del cuerpo, quiso que su Iglesia continuase, en la fuerza del Espíritu Santo, su obra de curación y de salvación, incluso en sus propios miembros. Esta es la finalidad de los dos sacramentos de curación: del sacramento de la Penitencia y de la Unción de los enfermos (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.421)

  • Santo del día

    s. Antonio, abad
    Padre del monaquismo, protector de los animales, modelo de vida cristiana. San Antonio, nacido en Coma, Egipto, alrededor del año 250, dedicó su vida al Señor. Por su capacidad de sacar de las llamas del infierno a las almas de los pecadores, el día de su fiesta se encienden hogueras en su honor.   Leia tudo...

    Versículo del Día

    "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos." (Mateo 5,3)
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