Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

Evangelio del jueves, 30 de enero de 2025

Calendario Litúrgico del jueves, 30 de enero de 2025

Jueves de la III semana del tiempo ordinario

Lecturas y Evangelio de hoy

Primera lectura : Hebreos 10, 19-25
Salmo Responsorial: Salmo 23, 1-2. 3-4ab. 5-6
Aclamación antes del Evangelio: Salmo 118, 105
Evangelio: Marcos 4, 21-25

Color litúrgico: Verde

jueves, 30 de enero de 2025: Lectura & Salmo Responsorial & Evangelio & Reflexión

Primera lectura

Hebreos 10, 19-25

Hermanos: En virtud de la sangre de Jesucristo, tenemos la seguridad de poder entrar en el santuario, porque él nos abrió un camino nuevo y viviente a través del velo, que es su propio cuerpo. Asimismo, en Cristo tenemos un sacerdote incomparable al frente de la casa de Dios.

Acerquémonos, pues, con sinceridad de corazón, con una fe total, limpia la conciencia de toda mancha y purificado el cuerpo por el agua saludable. Mantengámonos inconmovibles en la profesión de nuestra esperanza, porque el que nos hizo las promesas es fiel a su palabra. Estimulémonos mutuamente con el ejemplo al ejercicio de la caridad y las buenas obras.

No abandonemos, como suelen hacerlo algunos, la costumbre de asistir a nuestras asambleas; al contrario, animémonos los unos a los otros, tanto más, cuanto que vemos que el día del Señor se acerca.

Salmo Responsorial

Salmo 23, 1-2. 3-4ab. 5-6

R. (cf 6) Busquemos a Dios, nuestro Señor.
Del Señor es la tierra y lo que ella tiene,
el orbe todo y los que en él habitan,
pues él lo edificó sobre los mares,
él fue quien lo asentó sobre los ríos.
R. Busquemos a Dios, nuestro Señor.
¿Quién subirá hasta el monte del Señor?
¿Quién podrá entrar en su recinto santo?
El de corazón limpio y manos puras
y que no jura en falso.
R. Busquemos a Dios, nuestro Señor.
Ese obtendrá la bendición de Dios,
y Dios, su salvador, le hará justicia.
Esta es la clase de hombres que te buscan
y vienen ante ti, Dios de Jacob.
R. Busquemos a Dios, nuestro Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Salmo 118, 105

R. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son una antorcha para mis pasos
y una luz en mi sendero.
R. Aleluya.

Evangelio

Marcos 4, 21-25

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “¿Acaso se enciende una vela para meterla debajo de una olla o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Porque si algo está escondido, es para que se descubra; y si algo se ha ocultado, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga”.

Siguió hablándoles y les dijo: “Pongan atención a lo que están oyendo. La misma medida que utilicen para tratar a los demás, esa misma se usará para tratarlos a ustedes, y con creces. Al que tiene, se le dará; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará”.

Reflexión

  • Concédeme, Señor, un amor que nunca mengüe, para que con él brille siempre mi lámpara y no se apague nunca, y sus llamas sean para mí fuego ardiente y para los demás luz brillante (San Columbano, abad)

  • De los obstáculos, que perduran en nuestro tiempo, nos limitaremos a citar la falta de fervor, tanto más grave cuanto que viene de dentro. Dicha falta de fervor se manifiesta en la fatiga y desilusión, en la acomodación al ambiente, y sobre todo en la falta de alegría y de esperanza (San Pablo VI)

  • La vida entera de Cristo fue una continua enseñanza: su silencio, sus milagros, sus gestos, su oración, su amor al hombre, su predilección por los pequeños y los pobres, la aceptación total del sacrificio en la cruz por la salvación del mundo, su resurrección, son la actuación de su palabra y el cumplimiento de la revelación (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 561)

  • Santo del día

    Martina, hija de un noble romano, se convirtió al cristianismo y comenzó a distribuir sus bienes entre los pobres. Arrestada por los guardias del emperador Alejandro Severo, fue sometida en vano a varias torturas hasta que fue decapitada. Es venerada en Roma gracias a la devoción de Urbano VIII.  
    s. Jacinta Marescotti, virgen romana
    Compatrona de Viterbo con S. Biagio, S. Jacinta Marescotti fue la caprichosa hija de un príncipe. Sufrió una injusta decepción amorosa y fue recluída por la fuerza en un convento. Allí conoció Cristo, su verdadero esposo y por su amor, cuidó luego con mucha paciencia a los ancianos y a los enfermos.   Leia tudo...

    Versículo del Día

    "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos." (Mateo 5,3)
    📖 Evangelio de hoy
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