Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

s. Domingo de Guzmán, sacerdote, fundador de la Orden de Predicadores

s. Domingo de Guzmán, sacerdote, fundador de la Orden de Predicadores - Santo del día 08 de agosto

Santo del 08 de agosto

“Humilde ministro de la predicación”, un gigante en realidad. Domingo de Guzmán es una de las figuras extraordinarias de la Iglesia del Medioevo. Afronta con ardor las herejías de su época, funda y difunde la Orden de los Hermanos Predicadores, vive con la fuerza y la gracia de un alter Christus.  
s. Domingo de Guzmán, sacerdote, fundador de la Orden de Predicadores

Hablar con Jesús o hablar de Jesús, nada más. La quintaesencia de un cristiano, se diría, casi un ideal inalcanzable. No, sabiendo que hubo un hombre capaz de vivir de modo magnífico este ideal. Y quizá sí, considerando qué logró hacer este hombre en 51 años. Una presencia-divisoria en las vicisitudes de la Iglesia, Domingo de Guzmán, a la par de Francisco de Asís. Y los dos son contemporáneos.

Los dos predicadores

Caleruega, localidad de montaña en la vieja Castilla. Corre el 1170 cuando Domingo comienza su historia. En su familia hay un tío sacerdote y el Evangelio se vuelve para el niño y después adolescente como el pan que se come. A sus 24 años el sacerdocio es la perspectiva más que natural. Domingo entra entre los canónigos de la catedral de Osma porque se lo pide el obispo Diego, quien después lo lleva consigo en misión a Dinamarca. En los alrededores de Tolosa asisten a la difusión de la herejía de los cátaros, convencidos de que Jesús es hombre pero no Dios. La necesidad de hablar, explicar y testimoniar la fe enciende en los dos una certidumbre: su misión sólo puede ser la predicación a los paganos y en el 1206 van a pedírselo al Papa.

El hombre del encuentro

Inocencio III está de acuerdo sobre la misión, pero no sobre sus destinatarios. Son los albigenses, otro nombre de los cátaros, con los que Diego y Domingo deben medirse. Regresan a Francia y poco después Diego muere. Domingo se queda solo para afrontar la ola de la herejía y lo hace con pasión, encontrando, exhortando y debatiendo en público y en privado. Es una actividad que agota, pero Domingo es entusiasta. Y no tiene la postura de un doctor pedante. Más bien su mirada, sus modos constantemente afables, la coherencia entre lo que dice y lo que hace, suscitan respeto y simpatía, reducen las distancias de los adversarios. Transcurren los años y las jornadas así, después, en el 1215, cambia el escenario cambia.

Tierno como una mamá, fuerte como un diamante

Ese año se desarrolla en Roma el Concilio Lateranense IV y Domingo viaja con Folco, el obispo de Tolosa. La ocasión es la justa para presentar al Papa Honorio III el proyecto que ya ha tomado forma. Desde hace tiempo, tantos, fascinados por su compromiso, se unen a Domingo desde diversas partes de Europa y muchos son jóvenes geniales. El 22 de diciembre de 1217 llega el placet: Honorio III aprueba el nacimiento de la “Orden de los Frailes Predicadores”. Es como una explosión: rápidamente los “dominicos” se esparcen llevando por doquier el Evangelio con su estilo incendiario. Para Domingo es la última etapa, que culmina el 6 de agosto de 1221 cuando muere circundado por sus frailes en el amado convento de Bolonia. Apenas 13 años más tarde, Gregorio IX, que lo había conocido personalmente, lo proclama Santo. Desde las montañas de Castilla sube a lo alto el hombre que, como dijo el gran hermano Lacordaire, fue “tierno como una mamá, fuerte como un diamante".

Santo del 08 de agosto

Cuando confortaban a los prisioneros cristianos obligados a trabajos forzados en las Termas de Diocleciano, fueron descubiertos y encarcelados. Aún allí realizaron exorcismos y conversiones y fueron decapitados por el Emperador Maximiano en 306. Sus restos fueron sepultados sobre la Via Ostiense.  
 

Oración del día:

 
"Ó s. Domingo de Guzmán, sacerdote, fundador de la Orden de Predicadores, humilde siervo de Dios, que encontraste en la soledad y la oración la verdadera paz, intercede por nosotros ante el Señor. Ayúdanos a buscar la unidad y la fortaleza espiritual en medio de las tribulaciones, y guíanos con tu sabiduría hasta el corazón de la Santísima Trinidad. Amén."
 
Que en este día podamos reflexionar sobre la vida de s. Domingo de Guzmán, sacerdote, fundador de la Orden de Predicadores y encontrar inspiración en su entrega total a Dios, especialmente en tiempos difíciles.
 

El Santo del Día: La Importancia de la Santidad Cotidiana

Cada día, la Iglesia Católica conmemora la vida de uno o más santos, recordando sus virtudes y su testimonio de fe. La tradición del "Santo del Día" nos permite conocer a quienes dedicaron su existencia a Dios, sirviendo con amor y devoción a la humanidad.
 

¿Quiénes son los santos?

Los santos fueron hombres y mujeres que, en su caminar por este mundo, se esforzaron por seguir fielmente las enseñanzas de Cristo. Algunos sufrieron el martirio por su fe, mientras que otros dedicaron sus vidas a la oración, la caridad y la evangelización. La Iglesia los reconoce como santos tras un proceso en el que se confirman sus virtudes y los milagros atribuidos a su intercesión.
 

La celebración del Santo del Día

Cada santo tiene un día especial de conmemoración, generalmente en la fecha de su fallecimiento, visto como el momento de su encuentro definitivo con Dios. Esta práctica nos invita a conocer más sobre sus vidas y a dejarnos inspirar por su testimonio de santidad.
 

Un propósito espiritual

Celebrar el Santo del Día no es solo un recordatorio histórico, sino también un llamado a la reflexión y a la oración. A través de su intercesión, podemos pedir fuerza y aliento para afrontar los desafíos diarios con más fe y esperanza.
 
Conocer la vida de los santos y celebrar su legado es una manera hermosa de fortalecer nuestra fe y encontrar modelos concretos de vida cristiana. Cada uno de ellos nos deja una enseñanza sobre perseverancia, amor al prójimo y entrega total a Dios. Que sus historias nos animen a vivir con más devoción y propósito, siguiendo el camino de Cristo en nuestro día a día.
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