Santo del 11 de octubre
Felipe es uno de los "siete hombres de buena reputación" elegidos como diáconos, (cf. Hch 6,3). Es el primer misionero que llevó el Evangelio a Samaria, (Hch 8,5-8), luego el Espíritu Santo lo llevó a Gaza, (Hch 8,26-28). Fue el jefe de la comunidad de Cesarea, donde acogió a s. Pablo. (Hch 21,8).
Santo del 11 de octubre
El pontificado de Juan XXIII no duró ni cinco años, pero sigue siendo inolvidable. Después de una larga experiencia diplomática y luego de haber pasado por dos guerras, en 1959 el "Papa bueno" convocó el Concilio Vaticano II para dar respuestas a los desafíos de la actualidad. Es santo desde 2014.
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Leia tudo...Alejandro se hizo Barnabita a sólo 17 años y pronto fue nombrado Superior General. De confesor de s. Carlos Borromeo, en 1567, llegó a ser obispo de Aleria, en Córcega, donde se ocupó de todo, incluso de alimentar a los pobres fieles. Murió como obispo de Pavía, y fue canonizado en 1904 por Pío X.
Oración del día:
"Ó s. Felipe, diácono, humilde siervo de Dios, que encontraste en la soledad y la oración la verdadera paz, intercede por nosotros ante el Señor. Ayúdanos a buscar la unidad y la fortaleza espiritual en medio de las tribulaciones, y guíanos con tu sabiduría hasta el corazón de la Santísima Trinidad. Amén."
Que en este día podamos reflexionar sobre la vida de s. Felipe, diácono y encontrar inspiración en su entrega total a Dios, especialmente en tiempos difíciles.
El Santo del Día: La Importancia de la Santidad Cotidiana
Cada día, la Iglesia Católica conmemora la vida de uno o más santos, recordando sus virtudes y su testimonio de fe. La tradición del "Santo del Día" nos permite conocer a quienes dedicaron su existencia a Dios, sirviendo con amor y devoción a la humanidad.
¿Quiénes son los santos?
Los santos fueron hombres y mujeres que, en su caminar por este mundo, se esforzaron por seguir fielmente las enseñanzas de Cristo. Algunos sufrieron el martirio por su fe, mientras que otros dedicaron sus vidas a la oración, la caridad y la evangelización. La Iglesia los reconoce como santos tras un proceso en el que se confirman sus virtudes y los milagros atribuidos a su intercesión.
La celebración del Santo del Día
Cada santo tiene un día especial de conmemoración, generalmente en la fecha de su fallecimiento, visto como el momento de su encuentro definitivo con Dios. Esta práctica nos invita a conocer más sobre sus vidas y a dejarnos inspirar por su testimonio de santidad.
Un propósito espiritual
Celebrar el Santo del Día no es solo un recordatorio histórico, sino también un llamado a la reflexión y a la oración. A través de su intercesión, podemos pedir fuerza y aliento para afrontar los desafíos diarios con más fe y esperanza.
Conocer la vida de los santos y celebrar su legado es una manera hermosa de fortalecer nuestra fe y encontrar modelos concretos de vida cristiana. Cada uno de ellos nos deja una enseñanza sobre perseverancia, amor al prójimo y entrega total a Dios. Que sus historias nos animen a vivir con más devoción y propósito, siguiendo el camino de Cristo en nuestro día a día.