Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

s. Gregorio Barbarigo, obispo de Padova y cardenal

s. Gregorio Barbarigo, obispo de Padova y cardenal - Santo del día 18 de junio

Santo del 18 de junio

El socorro a las víctimas de la peste, la cercanía a los fieles, incluso a los más pobres y la formación a sacerdotes: son los fundamentos de la vida de Gregorio Barbarigo, profundamente inspirada por la de San Carlo Borromeo. El Santo fue un hombre muy estimado por los Papas de su tiempo.  
s. Gregorio Barbarigo, obispo de Padova y cardenal

Gregorio pronto conoce el sufrimiento cuando con tan sólo dos años pierde a su madre a causa de la peste. El padre, senador de la República de Venecia - donde el futuro santo nació en 1625 - lo envió en 1643 junto con el embajador veneciano Alvise Contarini a Münster, en Alemania, donde se preparaba la paz de Westfalia que pondría fin a la sangrienta Guerra de los Treinta Años. Aquí se produce un encuentro decisivo para la vida del joven Gregorio: con el cardenal Fabio Chigi, futuro Papa Alejandro VII. Después de completar sus estudios en Padua, Gregorio se hizo sacerdote a la edad de 30 años. Alejandro VII lo hace ir a Roma y al estallar la peste le encarga la coordinación de la ayuda a los enfermos, que Gregorio Barbarigo lleva a cabo con mucho amor y dedicación.

Obispo y pastor como San Carlo Borromeo

La confianza de Alejandro VII se renueva al colocarlo al frente de la diócesis de Bérgamo en 1657. Años más tarde, en 1664, se le confiará la de Padua. Su "estilo" será en ambos casos el inspirado en San Carlo Borromeo, un modelo para Gregorio que, antes que nada, vende todas sus pertenencias para dárselas a los pobres. Visita las parroquias de las diócesis que se le han confiado por todas partes, ayuda a los moribundos, difunde entre el pueblo la prensa católica y se aloja en las casas de los pobres. Durante el día enseña catecismo a los niños y por las noches reza. En su corazón central está también la formación de sacerdotes, por la que está profundamente involucrado en el Seminario de Padua, que llega a ser considerado uno de los mejores de Europa.

En Roma, la misión de las Iglesias orientales

Otro momento destacado del compromiso de San Gregorio Barbarigo es la reunificación con las Iglesias orientales. Después de haber sido Obispo de Bérgamo y antes de llevar a cabo su ministerio en Padua, pasó un período en Roma. En 1658 Alejandro VII lo creó cardenal. Años en los que participa en varios Cónclaves. Inocencio XI lo elige como su consejero y Gregorio trabaja para la reunificación con las Iglesias orientales. Estimado por los papas y amado por el pueblo, Barbarigo muere en Padua en 1697 y fue beatificado en 1761. Es proclamado Santo, en 1960 por Juan XXIII, originario de la zona de Bérgamo y uno de los signatarios, años antes, de los llamamientos para su canonización.

Santo del 18 de junio

Posiblemente hermanos de carne, pero ciertamente hermanos en el martirio, Marcos y Marceliano fueron arrestados en el 304 por el prefecto Cromazio, quien les concedio un mes para abjurar de su fe. Al negarse, fueron martirizados y luego sepultados en el cementerio de Balbina en la Via Ardeatina.  
s. Marina de Bitinia
Es una de las historias más singulares de la Iglesia antigua. Marina de Bitinia se convierte en santa alrededor del siglo VIII, tras una vida breve e intensa en un monasterio, donde entró con su padre. Falsamente acusada, reconquista con tenacidad de fe y caridad la dignidad perdida.   Leer todo...Leia tudo...
 

Oración del día:

 
"Ó s. Gregorio Barbarigo, obispo de Padova y cardenal, humilde siervo de Dios, que encontraste en la soledad y la oración la verdadera paz, intercede por nosotros ante el Señor. Ayúdanos a buscar la unidad y la fortaleza espiritual en medio de las tribulaciones, y guíanos con tu sabiduría hasta el corazón de la Santísima Trinidad. Amén."
 
Que en este día podamos reflexionar sobre la vida de s. Gregorio Barbarigo, obispo de Padova y cardenal y encontrar inspiración en su entrega total a Dios, especialmente en tiempos difíciles.
 

El Santo del Día: La Importancia de la Santidad Cotidiana

Cada día, la Iglesia Católica conmemora la vida de uno o más santos, recordando sus virtudes y su testimonio de fe. La tradición del "Santo del Día" nos permite conocer a quienes dedicaron su existencia a Dios, sirviendo con amor y devoción a la humanidad.
 

¿Quiénes son los santos?

Los santos fueron hombres y mujeres que, en su caminar por este mundo, se esforzaron por seguir fielmente las enseñanzas de Cristo. Algunos sufrieron el martirio por su fe, mientras que otros dedicaron sus vidas a la oración, la caridad y la evangelización. La Iglesia los reconoce como santos tras un proceso en el que se confirman sus virtudes y los milagros atribuidos a su intercesión.
 

La celebración del Santo del Día

Cada santo tiene un día especial de conmemoración, generalmente en la fecha de su fallecimiento, visto como el momento de su encuentro definitivo con Dios. Esta práctica nos invita a conocer más sobre sus vidas y a dejarnos inspirar por su testimonio de santidad.
 

Un propósito espiritual

Celebrar el Santo del Día no es solo un recordatorio histórico, sino también un llamado a la reflexión y a la oración. A través de su intercesión, podemos pedir fuerza y aliento para afrontar los desafíos diarios con más fe y esperanza.
 
Conocer la vida de los santos y celebrar su legado es una manera hermosa de fortalecer nuestra fe y encontrar modelos concretos de vida cristiana. Cada uno de ellos nos deja una enseñanza sobre perseverancia, amor al prójimo y entrega total a Dios. Que sus historias nos animen a vivir con más devoción y propósito, siguiendo el camino de Cristo en nuestro día a día.
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