Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

S. José Cafasso, sacerdote torinense

S. José Cafasso, sacerdote torinense - Santo del día 23 de junio

Santo del 23 de junio

Formador "de santos sacerdotes", San José Cafasso, que vivió en Turín a principios del siglo XIX, siempre llevaba el último gesto de misericordia a los prisioneros, especialmente a los condenados a muerte, de los cuales es el protector. Fue también el padre espiritual de Don Bosco.  
S. José Cafasso, sacerdote torinense

San José Cafasso, en palabras de Benedicto XVI, "...fue sobre todo formador de párrocos y de sacerdotes diocesanos, más aún, de sacerdotes santos, entre ellos san Juan Bosco. No fundó institutos religiosos, su «fundación» fue la «escuela de vida y de santidad sacerdotal»". En la ciudad de Turín del 1800, este luminoso modelo de vida sacerdotal fue llamado "el Santo de la horca". Una definición directamente relacionada con su compromiso con los prisioneros condenados a muerte en la cárcel de "Le Nuove" de Turín, hoy en desuso y transformada en un conmovedor museo que retrata las condiciones degradantes en las que vivían los prisioneros. A los prisioneros, de los que ahora es el santo protector, expresaba una inmensa misericordia, un poderoso vehículo de amor paternal y consolador de Dios. Precisamente por su asidua misión al lado de los últimos, se le recuerda también como uno de los llamados Santos sociales de Turín, una docena de religiosos y laicos muy doctos que, entre los siglos XIX y XX, orientaron su trabajo pastoral a la solución de las urgencias sociales de la ciudad y de todos los desplazados.

La figura del verdadero pastor

José Cafasso nació en una familia de campesinos en Castelnuovo de Asti en 1811 y fue ordenado sacerdote en Turín en 1834. Pasó su vida en el internado eclesiástico de la capital piamontesa, del que llegó a ser director. Compaesesano y padre espiritual de Don Bosco (1815-1888). Don Cafasso se distinguió no sólo por su enseñanza en el seminario mayor de Turín, sino también por la delicadeza y la serenidad que supo transmitir a la gente. Se hizo tan conocido y amado entre sus conciudadanos que le pidieron que fuera su representante en la Cámara del Reino, pero Cafasso se negó. "El Día del Juicio Final - comenta - el Señor me preguntará si fui un buen sacerdote y no un buen diputado".

El verdadero pastor

Lo que le interesaba era la figura del verdadero pastor con una rica vida interior y un profundo celo pastoral: fiel a la oración, comprometido en la predicación, dedicado a la celebración de la Eucaristía y al ministerio de la Confesión. San José Cafasso, buscó realizar este modelo en la formación de jóvenes sacerdotes, para que, a su vez, fueran formadores de otros sacerdotes, religiosos y laicos. Un legado que se transmitió no sólo en Turín, sino en otras ciudades y por muchas generaciones, como lo atestigua la profunda devoción al Santo, que murió en tal ciudad el 23 de junio de 1860, a la edad de 49 años. Sus restos descansan en el Santuario de la Consolata.

Santo del 23 de junio

ss. Zacarías e Isabel, padres de s. Juan Bautista
Zacarías era descendiente de la casta sacerdotal mientras que Isabel era pariente lejana de María de Nazareth. Una pareja de ancianos justos que, de repente, reciben la gracia de esperar un hijo: Juan Bautista. Se celebra su memoria el día anterior a la de su hijo, el profeta precursor del Mesías.   Leer todo...Leia tudo...
 

Oración del día:

 
"Ó S. José Cafasso, sacerdote torinense, humilde siervo de Dios, que encontraste en la soledad y la oración la verdadera paz, intercede por nosotros ante el Señor. Ayúdanos a buscar la unidad y la fortaleza espiritual en medio de las tribulaciones, y guíanos con tu sabiduría hasta el corazón de la Santísima Trinidad. Amén."
 
Que en este día podamos reflexionar sobre la vida de S. José Cafasso, sacerdote torinense y encontrar inspiración en su entrega total a Dios, especialmente en tiempos difíciles.
 

El Santo del Día: La Importancia de la Santidad Cotidiana

Cada día, la Iglesia Católica conmemora la vida de uno o más santos, recordando sus virtudes y su testimonio de fe. La tradición del "Santo del Día" nos permite conocer a quienes dedicaron su existencia a Dios, sirviendo con amor y devoción a la humanidad.
 

¿Quiénes son los santos?

Los santos fueron hombres y mujeres que, en su caminar por este mundo, se esforzaron por seguir fielmente las enseñanzas de Cristo. Algunos sufrieron el martirio por su fe, mientras que otros dedicaron sus vidas a la oración, la caridad y la evangelización. La Iglesia los reconoce como santos tras un proceso en el que se confirman sus virtudes y los milagros atribuidos a su intercesión.
 

La celebración del Santo del Día

Cada santo tiene un día especial de conmemoración, generalmente en la fecha de su fallecimiento, visto como el momento de su encuentro definitivo con Dios. Esta práctica nos invita a conocer más sobre sus vidas y a dejarnos inspirar por su testimonio de santidad.
 

Un propósito espiritual

Celebrar el Santo del Día no es solo un recordatorio histórico, sino también un llamado a la reflexión y a la oración. A través de su intercesión, podemos pedir fuerza y aliento para afrontar los desafíos diarios con más fe y esperanza.
 
Conocer la vida de los santos y celebrar su legado es una manera hermosa de fortalecer nuestra fe y encontrar modelos concretos de vida cristiana. Cada uno de ellos nos deja una enseñanza sobre perseverancia, amor al prójimo y entrega total a Dios. Que sus historias nos animen a vivir con más devoción y propósito, siguiendo el camino de Cristo en nuestro día a día.
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