Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

s. Pedro Levita, diácono

Santo del 30 de abril

Pedro se convirtió en Benedictino después de conocer a Gregorio Magno, futuro Papa y santo, que quería que fuera subdiácono en Sicilia y Campania y luego diácono en Roma. Pedro siempre estará a su lado, incluso cuando Gregorio se retiró al Monasterio del Celio para escribir. Murió en el 605.  

Santo del 30 de abril

s. Pio V, papa
San Pío V, elegido en el año 1566, fue un Papa dedicado a la atención de los pobres para los cuales creó el Monte de Piedad. Después de la victoriosa batalla de Lepanto, el 7 de octubre de 1571, para dar gracias a la Virgen instituyó la fiesta de la Bienaventurada Virgen del Rosario.   Leer todo...Leia tudo...
En el siglo III, el tribuno romano Quirino está encargado de los mártires cristianos Alejandro, Evencio y Teódulo, detenidos por orden de Tiberio. Estos últimos, se convirtieron y bautizaron con su hija Balbina. Él también sufrió el martirio en la fe.  
 

Oración del día:

 
"Ó s. Pedro Levita, diácono, humilde siervo de Dios, que encontraste en la soledad y la oración la verdadera paz, intercede por nosotros ante el Señor. Ayúdanos a buscar la unidad y la fortaleza espiritual en medio de las tribulaciones, y guíanos con tu sabiduría hasta el corazón de la Santísima Trinidad. Amén."
 
Que en este día podamos reflexionar sobre la vida de s. Pedro Levita, diácono y encontrar inspiración en su entrega total a Dios, especialmente en tiempos difíciles.
 

El Santo del Día: La Importancia de la Santidad Cotidiana

Cada día, la Iglesia Católica conmemora la vida de uno o más santos, recordando sus virtudes y su testimonio de fe. La tradición del "Santo del Día" nos permite conocer a quienes dedicaron su existencia a Dios, sirviendo con amor y devoción a la humanidad.
 

¿Quiénes son los santos?

Los santos fueron hombres y mujeres que, en su caminar por este mundo, se esforzaron por seguir fielmente las enseñanzas de Cristo. Algunos sufrieron el martirio por su fe, mientras que otros dedicaron sus vidas a la oración, la caridad y la evangelización. La Iglesia los reconoce como santos tras un proceso en el que se confirman sus virtudes y los milagros atribuidos a su intercesión.
 

La celebración del Santo del Día

Cada santo tiene un día especial de conmemoración, generalmente en la fecha de su fallecimiento, visto como el momento de su encuentro definitivo con Dios. Esta práctica nos invita a conocer más sobre sus vidas y a dejarnos inspirar por su testimonio de santidad.
 

Un propósito espiritual

Celebrar el Santo del Día no es solo un recordatorio histórico, sino también un llamado a la reflexión y a la oración. A través de su intercesión, podemos pedir fuerza y aliento para afrontar los desafíos diarios con más fe y esperanza.
 
Conocer la vida de los santos y celebrar su legado es una manera hermosa de fortalecer nuestra fe y encontrar modelos concretos de vida cristiana. Cada uno de ellos nos deja una enseñanza sobre perseverancia, amor al prójimo y entrega total a Dios. Que sus historias nos animen a vivir con más devoción y propósito, siguiendo el camino de Cristo en nuestro día a día.
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