Santo del 29 de enero
Sulpicio Severo nace en Aquitania, en torno al año 350, de una familia ilustre. Como tantos contemporáneos suyos, Sulpicio Severo hace su debut como abogado; en aquella época era el camino más corto para obtener honores.

Riqueza y mundanidad
La capacidad oratoria y la gestión de sus asuntos, revelan, entre los hombres instruídos y serios, su aptitud para las cargas más altas del imperio. Sulpicio se distingue por su elocuencia, la finura de su espíritu, la habilidad en la resolución de embrollos jurídicos, su juicio riguroso y la solidez de sus argumentaciones. Su reputación llega lejos. Con suerte y su genio, puede aspirar a los cargos más altos del estado. Totalmente absorbido por la preocupaciones mundanas, en una época en la que todas las esperanzas sonríen a su imaginación, se casa con la hija de un cónsul, tan rica como él y con muchas relaciones. Pocos jóvenes hubieran podido tener mejores auspicios para iniciar una carrera llena de honores. Sin embargo estos sueños pronto se desvanecen: la Providencia le reservaba un destino más glorioso. La muerte se llevó a su esposa y lo sumió en una profunda tristeza
La consolación divina
En vez de dejarse abatir por la desesperación, se repuso con energía, buscando su consuelo en la piedad. Dios recompensó magníficamente su fe con otras muchas gracias, entre otras la de hacerse amigo de San Martín, obispo de Tours. Decide consagrarse a Dios y despojarse de todos sus innumerables bienes. Sin embargo, no vende su patrimonio para distribuir lo recaudado entre los pobres como hizo San Ambrosio; se conforma con ceder sus bienes a la Iglesia reservándose el usufructo. El cambio de vida irritó a su padre, y él mismo deviene el hazmerreir de sus antiguos amigos. A estos disgustos y a una desoladora amargura, se añade el deterioro de su salud: por dos veces enferma gravemente pero su fuerza de ánimo sostenida por la gracia divina, triunfó sobre toda tentación.
Confidente de San Martín de Tours
Sulpicio Severo pasa a la posteridad, por su relación con San Martín de Tours. A pesar de que el santo prelado no tuviera el hábito de hablar de sí mismo, y de guardar para sí las gracias particulares que Dios le otorgaba, Sulpicio afirmó que le había escuchado de viva voz algunos de los hechos narrados en su biografía. Otros elementos, entre los cuales muchas circunstancias interesantes, le fueron reveladas por los religiosos de la Iglesia de Tours o por los monjes de Marmoutier.
Santo del 29 de enero
Sobre la Vía Nomentana, en el Coemeterium Maius, fueron sepultados dos soldados romanos que vivieron durante las persecuciones de Diocleciano: Papías y Mauro. Fueron martirizados por haberse convertido al cristianismo. Son los santos patronos de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri.
Primer obispo de Perugia, escapó al martirio por primera vez durante las persecuciones de Marco Aurelio. Encarcelado, convirtió a sus carceleros y recuperó la libertad, pero de nuevo fue arrestado y decapitado en 170. La primera catedral de la ciudad fue construida en el lugar de su sepultura.
Oración del día:
"Ó S. Sulpicio Severo, humilde siervo de Dios, que encontraste en la soledad y la oración la verdadera paz, intercede por nosotros ante el Señor. Ayúdanos a buscar la unidad y la fortaleza espiritual en medio de las tribulaciones, y guíanos con tu sabiduría hasta el corazón de la Santísima Trinidad. Amén."
Que en este día podamos reflexionar sobre la vida de S. Sulpicio Severo y encontrar inspiración en su entrega total a Dios, especialmente en tiempos difíciles.
El Santo del Día: La Importancia de la Santidad Cotidiana
Cada día, la Iglesia Católica conmemora la vida de uno o más santos, recordando sus virtudes y su testimonio de fe. La tradición del "Santo del Día" nos permite conocer a quienes dedicaron su existencia a Dios, sirviendo con amor y devoción a la humanidad.
¿Quiénes son los santos?
Los santos fueron hombres y mujeres que, en su caminar por este mundo, se esforzaron por seguir fielmente las enseñanzas de Cristo. Algunos sufrieron el martirio por su fe, mientras que otros dedicaron sus vidas a la oración, la caridad y la evangelización. La Iglesia los reconoce como santos tras un proceso en el que se confirman sus virtudes y los milagros atribuidos a su intercesión.
La celebración del Santo del Día
Cada santo tiene un día especial de conmemoración, generalmente en la fecha de su fallecimiento, visto como el momento de su encuentro definitivo con Dios. Esta práctica nos invita a conocer más sobre sus vidas y a dejarnos inspirar por su testimonio de santidad.
Un propósito espiritual
Celebrar el Santo del Día no es solo un recordatorio histórico, sino también un llamado a la reflexión y a la oración. A través de su intercesión, podemos pedir fuerza y aliento para afrontar los desafíos diarios con más fe y esperanza.
Conocer la vida de los santos y celebrar su legado es una manera hermosa de fortalecer nuestra fe y encontrar modelos concretos de vida cristiana. Cada uno de ellos nos deja una enseñanza sobre perseverancia, amor al prójimo y entrega total a Dios. Que sus historias nos animen a vivir con más devoción y propósito, siguiendo el camino de Cristo en nuestro día a día.