Santo del 11 de enero
Conozca la Historia y la Devoción
El día 11 de enero, la Iglesia Católica celebra la vida y el legado de santos y beatos que marcaron la historia de la fe con su ejemplo de amor a Dios y al prójimo. En esta fecha especial, recordamos su trayectoria, milagros y enseñanzas, que continúan inspirando a los fieles en todo el mundo.
Acompáñenos a conocer la historia del Santo del 11 de enero, descubra sus virtudes y profundice en la espiritualidad cristiana a través de oraciones y reflexiones. ¡Que su testimonio de fe fortalezca nuestro camino diario!
Según una antigua tradición era un filósofo de origen ateniense. Elegido Papa en el 138, muere mártir durante la persecución del emperador Antonino Pío. Rechaza con las razones del Evangelio la herejía gnóstica, que predicaba una doble religiosidad, para los simples y para los instruídos.
En lugar de renegar de su fe cristiana, Pedro prefirió la fidelidad y fue quemado vivo. Estamos en el siglo III, en Cesarea de Palestina, bajo la persecución del cruel emperador Maximino, que no se apiadó ni por la joven edad de este muchacho, llamado Apsélamo o Bálsamo, y lo hizo morir como mártir.
Teólogo y músico, Paulino es originario de Cividale, hoy el Friuli. Fue convocado por Carlomagno entre los Siete sabios que debían unificar Europa. En 787 fue obispo de Aquilea y trabajó por la reforma de la Iglesia. Evangelizador de Eslovenia, participó en los concilios hasta su muerte en 802.
Calendario Litúrgico
11 de enero: Sábado después de Epifanía
Lecturas y Evangelio de hoy
Primera Lectura:
1 Juan 5, 14-21
Aclamación antes del Evangelio:
Mateo 4, 16
Evangelio:
Juan 3, 22-30
Color litúrgico: Blanco
Reflexión
Aquel hombre se arrodilla postrándose en tierra —lo que es señal de humildad y de vergüenza— para que cada uno se avergüence de las manchas de su vida. Su confesión está llena de piedad y de fe: esto es, reconoció que curarse estaba en manos del Señor (San Beda el Venerable)
A través de su Madre es siempre Jesús quien sale a nuestro encuentro para liberarnos de toda enfermedad del cuerpo y del alma. ¡Dejémonos tocar y purificar por Él! (Benedicto XVI)
Jesús acompaña sus palabras con numerosos ‘milagros, prodigios y signos’ (Hch 2,22), que manifiestan que el Reino está presente en Él. Ellos atestiguan que Jesús es el Mesías anunciado (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 547)