Santo del 15 de junio
Conozca la Historia y la Devoción
El día 15 de junio, la Iglesia Católica celebra la vida y el legado de santos y beatos que marcaron la historia de la fe con su ejemplo de amor a Dios y al prójimo. En esta fecha especial, recordamos su trayectoria, milagros y enseñanzas, que continúan inspirando a los fieles en todo el mundo.
Acompáñenos a conocer la historia del Santo del 15 de junio, descubra sus virtudes y profundice en la espiritualidad cristiana a través de oraciones y reflexiones. ¡Que su testimonio de fe fortalezca nuestro camino diario!
El único dato histórico es el martirio en Lucania, pero su culto está atestiguado desde el medioevo. Quizás siciliano, es conocido por los prodigios de sanación. Se invoca contra la epilepsia y la corea, una enfermedad que causa movimientos incontrolables conocida como el “baile de san Vito”.
Agustino, nacido en Aosta alrededor de 1020, Bernardo fundó un monasterio en Suiza en la cima de la montaña conocida hoy como el Gran San Bernardo, para dar asistencia de los peregrinos que pasaban por allí. También fue un gran predicador contra los abusos del clero y el descuido de los fieles.
Germana nació en Toulouse en 1570 con una malformación. Cuando su madre murió, su padre la rechazó. Debe apacentar las ovejas pero, apenas tiene la ocasiòn, se va orar en la iglesia. Se le acercan jóvenes que sufren y buscan, como ella, un consuelo en la Palabra divina. Pío IX la canonizó en 1867.
Calendario Litúrgico
15 de junio: Solemnidad de la Santísima Trinidad
Solemnity
Lecturas y Evangelio de hoy
Primera Lectura:
Proverbios 8, 22-31
Segunda Lectura:
Romanos 5, 1-5
Aclamación antes del Evangelio:
Cfr Apocalipsis 1, 8
Evangelio:
Juan 16, 12-15
Color litúrgico: White
Reflexión
¡Oh Abismo, oh Trinidad eterna, oh Deidad, oh Mar profundo!: ¿podías darme algo más preciado que Tú mismo? (Santa Catalina de Siena)
La liturgia nos invita a alabar a Dios no sólo por una maravilla realizada por Él, sino sobre todo por cómo es Él; por la belleza y la bondad de su ser (Benedicto XVI)
(...) El Espíritu Santo es enviado a los Apóstoles y a la Iglesia tanto por el Padre en nombre del Hijo, como por el Hijo en persona, una vez que vuelve junto al Padre (cf. Jn 14,26). El envío de la persona del Espíritu tras la glorificación de Jesús, revela en plenitud el misterio de la Santa Trinidad (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 244)