Santo del 16 de enero
Conozca la Historia y la Devoción
El día 16 de enero, la Iglesia Católica celebra la vida y el legado de santos y beatos que marcaron la historia de la fe con su ejemplo de amor a Dios y al prójimo. En esta fecha especial, recordamos su trayectoria, milagros y enseñanzas, que continúan inspirando a los fieles en todo el mundo.
Acompáñenos a conocer la historia del Santo del 16 de enero, descubra sus virtudes y profundice en la espiritualidad cristiana a través de oraciones y reflexiones. ¡Que su testimonio de fe fortalezca nuestro camino diario!
Papa del 308 al 309, vive las persecuciones de Diocleciano y Galerio. Contestado por los rigoristas, muestra el rostro misericordioso de la Iglesia al readmitir a los lapsi -que abjuraron de su fe- previa penitencia. Muere mártir en exilio.
Esta santa romana del siglo I, no es fácil de identificar. Podría ser la esposa de Aquila, comprometida en la primera evangelización cristiana (cf Hch 18,26); o la fundadora del cementerio homónimo de la Vía Salaria que acogió a san Pedro en su casa; según otros habría sido una esclava liberada.
La vida del Padre José Vaz, primer indio beatificado, se desarrolla entre finales del siglo XVI y principios del XVI. San José Vaz es el apóstol de la isla de Ceilán, hoy Sri Lanka, en aquel entonces tierra de persecuciones anticatólicas. Fundó los Oratorianos; el Papa Francisco lo canonizó en 2015.
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Calendario Litúrgico
16 de enero: Jueves de la I semana del Tiempo ordinario
Lecturas y Evangelio de hoy
Primera lectura:
Hebreos 3, 7-14
Aclamación antes del Evangelio:
Mateo 4, 23
Evangelio:
Marcos 1, 40-45
Color litúrgico: Verde
Reflexión
Jesús, sobre todo con su estilo de vida y con sus acciones, ha demostrado cómo en el mundo en que vivimos está presente el amor. Este amor [misericordioso de Dios] se hace notar particularmente en el contacto con el sufrimiento, la injusticia, la pobreza (San Juan Pablo II)
Vivimos en este mundo en el que Dios no tiene la evidencia de lo palpable. Sólo se le puede encontrar con el impulso del corazón y reconocer que no sólo vivimos de “pan”, sino ante todo de la obediencia a la Palabra de Dios (Benedicto XVI)
Los hombres, cooperadores a menudo inconscientes de la voluntad divina, pueden entrar libremente en el plan divino no sólo por su acciones y sus oraciones, sino también por sus sufrimientos (cf. Col 1,24) Entonces llegan a ser plenamente ‘colaboradores de Dios’ (1Cor 3,9) y de su Reino (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 307)