Santo del 22 de septiembre
Conozca la Historia y la Devoción
El día 22 de septiembre, la Iglesia Católica celebra la vida y el legado de santos y beatos que marcaron la historia de la fe con su ejemplo de amor a Dios y al prójimo. En esta fecha especial, recordamos su trayectoria, milagros y enseñanzas, que continúan inspirando a los fieles en todo el mundo.
Acompáñenos a conocer la historia del Santo del 22 de septiembre, descubra sus virtudes y profundice en la espiritualidad cristiana a través de oraciones y reflexiones. ¡Que su testimonio de fe fortalezca nuestro camino diario!
Año 287. Antes de asaltar a los Galos rebeldes, el emperador Maximiano ordena un sacrificio a los dioses. Mauricio, jefe de la Legión Tebana, una unidad compuesta por cristianos, se niega y otros con él: “Somos soldados tuyos, pero también siervos de Dios”, escriben. Maximiano decreta la muerte.
Emerita, o Merita, es una joven romana, martirizada durante la persecución de Valeriano. Sepultada en el cementerio de Comodila en la Via Ostiense, su cuerpo fue trasladado a la iglesia de s. Marcelo al Corso por el Papa s. León IV. A menudo se la recuerda junto con otra mártir: Degna o Deodata.
De Basilea o Basilia se sabe que fue decapitada durante la persecución de Diocleciano y Maximiano. Una leyenda añade que en los lugares tocados por su cabeza habrían brotado milagrosamente siete fuentes. Sepultada en la Vía Salaria Antigua, sus reliquias se conservan en Couvert, Francia.
Calendario Litúrgico
22 de septiembre: Lunes de la XXV semana del Tiempo ordinario
Lecturas y Evangelio de hoy
Primera lectura :
Esdras 1, 1-6
Aclamación antes del Evangelio:
Mateo 5, 16
Evangelio:
Lucas 8, 16-18
Color litúrgico: White
Reflexión
Señor Jesucristo, dulcísimo Salvador nuestro, dígnate encender tú mismo nuestras lámparas, para que brillen sin cesar en tu templo e ilumine nuestra oscuridad (San Columbano, abad)
Una vela puede dar luz solamente si la llama la consume. Sería inservible si su cera no alimentase el fuego. Permitid que Cristo arda en vosotros, aun cuando ello comporte a veces sacrificio y renuncia (Benedicto XVI)
Existe un vínculo orgánico entre nuestra vida espiritual y los dogmas. Los dogmas son luces en el camino de nuestra fe, lo iluminan y lo hacen seguro. De modo inverso, si nuestra vida es recta, nuestra inteligencia y nuestro corazón estarán abiertos para acoger la luz de los dogmas de la fe (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 89)