Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

Santo del 28 de febrero

Santo del 28 de febrero | Celebrando a Vida dos Santos da Igreja

Conozca la Historia y la Devoción

 

El día 28 de febrero, la Iglesia Católica celebra la vida y el legado de santos y beatos que marcaron la historia de la fe con su ejemplo de amor a Dios y al prójimo. En esta fecha especial, recordamos su trayectoria, milagros y enseñanzas, que continúan inspirando a los fieles en todo el mundo.

Acompáñenos a conocer la historia del Santo del 28 de febrero, descubra sus virtudes y profundice en la espiritualidad cristiana a través de oraciones y reflexiones. ¡Que su testimonio de fe fortalezca nuestro camino diario!

Ermitaño del siglo V, viajó al macizo del Jura en Francia con su Biblia y herramientas en su espalda. Alcanzado por su hermano Lupicino, dio vida en Condat a su primera comunidad monástica. Dócil y tolerante, la tradición lo recuerda por el abrazo y la milagrosa sanación de dos pobres leprosos.  

Calendario Litúrgico

28 de febrero: Viernes de la VII semana del Tiempo ordinario

Lecturas y Evangelio de hoy

Primera lectura : Sirácida 6, 5-17
Salmo Responsorial: Salmo 118, 12. 16. 18. 27. 34. 35
Aclamación antes del Evangelio: Cfr Juan 17, 17
Evangelio: Marcos 10, 1-12

Color litúrgico: Verde

Reflexión

  • He aquí cómo convence a los judíos de que no se debe repudiar a la esposa con las palabras de Moisés, cuando ellos creían que obraban conforme a la ley de aquél repudiándola. De igual modo y por el mismo testimonio de Cristo sabemos que fue Dios quien hizo y unió al varón y la mujer (San Agustín)

  • Uno de los mayores servicios que los cristianos podemos prestar a nuestros semejantes es ofrecerles nuestro testimonio sereno y firme de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, salvaguardándola y promoviéndola, pues ella es de suma importancia para el presente y el futuro de la humanidad (Benedicto XVI)

  • El divorcio adquiere también su carácter inmoral a causa del desorden que introduce en la célula familiar y en la sociedad. Este desorden entraña daños graves: para el cónyuge, que se ve abandonado; para los hijos, traumatizados por la separación de los padres, y a menudo viviendo en tensión a causa de sus padres; por su efecto contagioso, que hace de él una verdadera plaga social (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.385)

  • 📖 Evangelio de hoy
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