Santo del 1 de marzo
Conozca la Historia y la Devoción
El día 1 de marzo, la Iglesia Católica celebra la vida y el legado de santos y beatos que marcaron la historia de la fe con su ejemplo de amor a Dios y al prójimo. En esta fecha especial, recordamos su trayectoria, milagros y enseñanzas, que continúan inspirando a los fieles en todo el mundo.
Acompáñenos a conocer la historia del Santo del 1 de marzo, descubra sus virtudes y profundice en la espiritualidad cristiana a través de oraciones y reflexiones. ¡Que su testimonio de fe fortalezca nuestro camino diario!
Romano y Papa desde 483, Félix III afrontó al cisma del Patriarca de Constantinopla Acacio y luchó contra las herejías monofisita y arriana. Apoyó a los obispos africanos contra las invasiones de los Vándalos y readmitió en la Iglesia a aquellos cristianos que habían recibido el bautismo arriano.
Monje y abad, elegido obispo por aclamación en 529, a pesar de su reticencia. Entre los promotores del Tercer Concilio de Orleans, renovó la Iglesia luchando contra la laxitud de los pastores. Defensor de pobres y prisioneros, utiliza los fondos diocesanos para liberar a los rehenes de los piratas.
Calendario Litúrgico
1 de marzo: Sábado de la VII semana del Tiempo ordinario
Lecturas y Evangelio de hoy
Primera lectura :
Sirácida 17, 1-13
Aclamación antes del Evangelio:
Cfr Mateo 11, 25
Evangelio:
Marcos 10, 13-16
Color litúrgico: Verde
Reflexión
Es más fácil enojarse que aguantar, resulta más cómodo castigar a los rebeldes que corregirlos, soportándolos con firmeza y suavidad a la vez. Os recomiendo que imitéis la caridad que usaba Pablo con los neófitos (San Juan Bosco)
Desde el seno de su Madre, Jesús acepta correr todos los riesgos del egoísmo. Hoy también a los niños, y a los niños por nacer, los amenaza el egoísmo. Hoy también nuestra cultura individualista se niega a ser fecunda, se refugia en un permisivismo que nivela hacia abajo, aunque el precio de esa no-fecundidad sea sangre inocente (Francisco)
Mantente en la simplicidad, la inocencia y serás como los niños pequeños que ignoran el mal destructor de la vida de los hombres (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.517)