Santo del 30 de agosto
Conozca la Historia y la Devoción
El día 30 de agosto, la Iglesia Católica celebra la vida y el legado de santos y beatos que marcaron la historia de la fe con su ejemplo de amor a Dios y al prójimo. En esta fecha especial, recordamos su trayectoria, milagros y enseñanzas, que continúan inspirando a los fieles en todo el mundo.
Acompáñenos a conocer la historia del Santo del 30 de agosto, descubra sus virtudes y profundice en la espiritualidad cristiana a través de oraciones y reflexiones. ¡Que su testimonio de fe fortalezca nuestro camino diario!
Identificados por la tradición como hermanos, sepultados en el cementerio de Comodilla, una antigua Passio relata que en la época de Diocleciano, mientras el presbítero Félix era llevado al martirio, se añade a lo largo del camino Adauto, quien se declaró cristiano y compartió su misma suerte.
El cristiano senador romano, Pamaquio, se convirtió en monje en 387 y dedicó su vida a los pobres. Fue cofundador de un albergue en la desembocadura del Tíber donde acogía gratuitamente a peregrinos pobres y enfermos. Trabajó en la construcción de la Basílica de los santos Juan y Pablo en el Celio.
Calendario Litúrgico
30 de agosto: Sábado de la XXI semana del Tiempo ordinario
Lecturas y Evangelio de hoy
Primera lectura :
1 Tesalonicenses 4, 9-11
Aclamación antes del Evangelio:
Juan 13, 34
Evangelio:
Mateo 25, 14-30
Color litúrgico: Green
Reflexión
Es más precioso delante de Dios y del alma un poquito de este puro amor, y más provecho hace a la Iglesia, aunque parece que no hace nada, que todas esas otras obras juntas (San Juan de la Cruz)
El Señor no da a todos las mismas cosas y de la misma manera: nos conoce personalmente y nos confía aquello que es justo para nosotros; pero en todos coloca la misma inmensa confianza. ¡No lo defraudemos! (Francisco)
Estas diferencias pertenecen al plan de Dios, que quiere que cada uno reciba de otro aquello que necesita, y que quienes disponen de “talentos” particulares comuniquen sus beneficios a los que los necesiten (…) (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.937)