Santo del 30 de julio
Conozca la Historia y la Devoción
El día 30 de julio, la Iglesia Católica celebra la vida y el legado de santos y beatos que marcaron la historia de la fe con su ejemplo de amor a Dios y al prójimo. En esta fecha especial, recordamos su trayectoria, milagros y enseñanzas, que continúan inspirando a los fieles en todo el mundo.
Acompáñenos a conocer la historia del Santo del 30 de julio, descubra sus virtudes y profundice en la espiritualidad cristiana a través de oraciones y reflexiones. ¡Que su testimonio de fe fortalezca nuestro camino diario!
En Ravena, que desde los inicios del Siglo V es capital del Imperio romano de Occidente, el obispo Pedro es un hombre de paz. Los 180 sermones que llegaron hasta nuestros días hablan de su fe. Fascina a Papas y a reinantes con “palabras de oro”, de donde se desprende su apelativo “crisólogo”.
Originarios de Persia, quizás fueron. Abdón era mayor y Sennen más joven. Convertidos al cristianismo, se preocupaban en Roma de dar sepultura a los mártires en el siglo III, durante la persecución de Decio. Encarcelados, se negaron a hacer sacrificios a los ídolos por lo que murieron mártires.
Calendario Litúrgico
30 de julio: Miércoles de la XVII semana del Tiempo ordinario
Lecturas y Evangelio de hoy
Primera lectura :
Éxodo 34, 29-35
Aclamación antes del Evangelio:
Juan 15, 15
Evangelio:
Mateo 13, 44-46
Color litúrgico: Green
Reflexión
En esta santa Iglesia Católica, instruidos con esclarecidos preceptos y enseñanzas, alcanzaremos el reino de los cielos y heredaremos la vida eterna, por la cual todo lo toleramos, para que podamos alcanzarla del Señor (San Cirilo de Jerusalén)
Vale la pena dejarlo todo por este Reino. Es el tesoro enterrado en el campo: quien lo encuentra lo vuelve a enterrar y vende todo lo que tiene para poder comprar el campo, y así quedarse con el tesoro (Benedicto XVI)
(…) Este tesoro [la Buena Nueva] recibido de los apóstoles ha sido guardado fielmente por sus sucesores. Todos los fieles de Cristo son llamados a transmitirlo de generación en generación, anunciando la fe, viviéndola en la comunión fraterna y celebrándola en la liturgia y en la oración (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 3)