Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

Evangelio del martes, 3 de junio de 2025

Calendario Litúrgico del martes, 3 de junio de 2025

Memoria de San Carlos Lwanga y compañeros, mártires

Memoria

Lecturas y Evangelio de hoy

Primera Lectura: Hechos 20, 17-27
Salmo Responsorial: Salmo 67, 10-11. 20-21
Aclamación antes del Evangelio: Juan 14, 16
Evangelio: Juan 17, 1-11

Color litúrgico: Blanco

martes, 3 de junio de 2025: Lectura & Salmo Responsorial & Evangelio & Reflexión

Primera Lectura

Hechos 20, 17-27

En aquellos días, hallándose Pablo en Mileto, mandó llamar a los presbíteros de la comunidad cristiana de Éfeso. Cuando se presentaron, les dijo:

“Bien saben cómo me he comportado entre ustedes, desde el primer día en que puse el pie en Asia: he servido al Señor con toda humildad, en medio de penas y tribulaciones, que han venido sobre mí por las asechanzas de los judíos. También saben que no he escatimado nada que fuera útil para anunciarles el Evangelio, para enseñarles públicamente y en las casas, y para exhortar con todo empeño a judíos y griegos a que se arrepientan delante de Dios y crean en nuestro Señor Jesucristo.

Ahora me dirijo a Jerusalén, encadenado en el espíritu, sin saber qué sucederá allá. Sólo sé que el Espíritu Santo en cada ciudad me anuncia que me aguardan cárceles y tribulaciones. Pero la vida, para mí, no vale nada. Lo que me importa es llegar al fin de mi carrera y cumplir el encargo que recibí del Señor Jesús: anunciar el Evangelio de la gracia de Dios.

Por lo pronto sé que ninguno de ustedes, a quienes he predicado el Reino de Dios, volverá a verme. Por eso declaro hoy que no soy responsable de la suerte de nadie, porque no les he ocultado nada y les he revelado en su totalidad el plan de Dios’’.

Salmo Responsorial

Salmo 67, 10-11. 20-21

R. (33a) Reyes de la tierra, canten al Señor. Aleluya.
A tu pueblo extenuado diste fuerzas, 
nos colmaste, Señor, de tus favores
y habitó tu rebaño en esta tierra,
que tu amor preparó para los pobres. 
R. Reyes de la tierra, canten al Señor. Aleluya.
Bendito sea el Señor, día tras día,
que nos lleve en sus alas y nos salve. 
Nuestro Dios es un Dios de salvación 
porque puede librarnos de la muerte. 
R. Reyes de la tierra, canten al Señor. Aleluya.

Aclamación antes del Evangelio

Juan 14, 16

R. Aleluya, aleluya.
Yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador,
que se quedará para siempre con ustedes, dice el Señor.
R. Aleluya.

Evangelio

Juan 17, 1-11

En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: “Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo también te glorifique, y por el poder que le diste sobre toda la humanidad, dé la vida eterna a cuantos le has confiado. La vida eterna consiste en que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.

Yo te he glorificado sobre la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste. Ahora, Padre, glorifícame en ti con la gloria que tenía, antes de que el mundo existiera.

He manifestado tu nombre a los hombres que tú tomaste del mundo y me diste. Eran tuyos y tú me los diste. Ellos han cumplido tu palabra y ahora conocen que todo lo que me has dado viene de ti, porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste; ellos las han recibido y ahora reconocen que yo salí de ti y creen que tú me has enviado.

Te pido por ellos; no te pido por el mundo, sino por éstos, que tú me diste, porque son tuyos. Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío. Yo he sido glorificado en ellos. Ya no estaré más en el mundo, pues voy a ti; pero ellos se quedan en el mundo’’.

Reflexión

  • De manera que todos nosotros ya no somos más que una sola cosa en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo: una sola cosa por identidad de condición, por la asimilación que obra el amor, por comunión de la santa humanidad de Cristo y por participación del único y Santo Espíritu (San Cirilo de Alejandría)

  • Conocer a Jesús significa conocer al Padre, y conocer al Padre quiere decir entrar en comunión real con el Origen mismo de la vida, de la luz y del amor (Benedicto XVI)

  • La vigilancia es ‘guarda del corazón’, y Jesús pide al Padre que ‘nos guarde en su Nombre’ (Jn 17,11). El Espíritu Santo trata de despertarnos continuamente a esta vigilancia. Esta petición adquiere todo su sentido dramático referida a la tentación final de nuestro combate en la tierra; pide la perseverancia final. ‘Mira que vengo como ladrón. Dichoso el que esté en vela’ (Ap 16,15) (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.849)

  • Santo del día

    ss. Carlos Lwanga y Compañeros, mártires de Uganda
    Entre los mártires católicos y anglicanos más famosos de Uganda, están San Carlos Lwanga y sus compañeros. Murieron "en odio a la fe", como víctimas de la persecución anticristiana de finales del siglo XIX. La Iglesia los recuerda el día en que fueron quemados vivos en la colina de Namugongo.   Leia tudo...
    Nacida en Lyon en 474, se casó con Clodoveo, rey de los francos. El soberano era pagano, pero le permitió bautizar a sus cinco hijos, que pelearán por la sucesión a su muerte. Clotilde se retiró a Tour, la ciudad de San Martín, donde trabajó con denuedo en obras de caridad y oración por sus hijos.  

    Versículo del Día

    "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos." (Mateo 5,3)
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