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s. Egidio, abad

s. Egidio, abad - Santo del día 01 de septiembre

Santo del 01 de septiembre

San Egidio (Gil) –Gilles en francés– sus orígenes están rodeados de misterio, vivió probablemente entre el siglo VI y el VIII. Fue eremita en un bosque en el sur de Francia hasta que por amistad de un rey, se hizo abad y guía espiritual de toda la región. La Iglesia lo recuerda el 1 de septiembre.  
s. Egidio, abad

De eremita a abad

La tumba de San Egidio, venerada en una abadía de la región de Nimes, en Francia,   data probablemente de la época merovingia, aunque la inscripción no es anterior al siglo X, fecha en la que también fue escrita la Vida del Santo Abad, tejida de prodigios. Es desde este momento que se parte para intentar reconstruir la vida de San Egidio, que la leyenda popular sitúa en un bosque a orillas del Ródano, en la Francia meridional, donde se instala como eremita para vivir con mayor dedicación el servicio a Dios. El tiempo lo pasaba orando, entre la austeridad y los ayunos. Se nutría de hierbas, de raíces, de frutos selváticos, dormía sobre la tierra desnuda y su almohada era una piedra. Apiadado por tantos sacrificios, el Señor manda a Egidio una cierva que le abastece de leche cada día. Pero durante una batida de caza, el eremita fue descubierto por Flavio, rey de los godos, y le cayó en gracia. En realidad, el soberano tiró una flecha para abatir a la cierva y por error hirió al santo, junto al cual el animal se había refugiado. Entre los dos nació una amistad y el rey que se había compadecido de todo lo sucedido, decidió ofrecer a Egidio una porción de tierra en la cual construir una abadía. Aquí el anacoreta, a cambio de la soledad, irremediablemente perdida, tuvo la satisfacción de ver prosperar una comunidad activa de monjes, de la cual fue el padre espiritual hasta su muerte, el 1 de septiembre del 720. El monasterio tomó el nombre de “Abadía de San Egidio”.

Devoción y milagros también en Italia

Junto a los monjes, San Egidio afrontó una gran obra de evangelización y de civilización de la región, la actual Languedoc. Roturó los campos, fertilizó terrenos hasta entonces nunca cultivados, abrió vías de comercio y especialmente predicó el Evangelio convirtiendo pecadores, e induciéndolos a la penitencia. Por los muchos milagros operados, Egidio fue conocido en toda Francia bajo el nombre de el “santo taumaturgo”.  Su culto se extendió como muestran los numerosos testimonios, incluso a Bélgica, Holanda e Italia. Entre los lugares emblemáticos se encuentra Tolfa en el Lazio, y Latrónico, pequeño centro de Basilicata donde cada tres siglos se renueva el “milagro del maná”, atribuído al Santo eremita.

En la región italiana de Basilicata, uno o más viernes del mes de marzo,  empieza a “exudar” un líquido incoloro del fresco que representa a San Egidio haciendo penitencia en una ermita. El acontecimiento, del cual las crónicas hablaban ya en 1709, se verificó de modo contundente en 1716, cuando sucedió según los relatos, que el pueblo, preocupado por la amenaza de calamidades naturales, rezaba a san Egidio para que hiciese que cesaran. Las oraciones fueron escuchadas y el líquido representaba probablemente el signo del “milagro” sucedido. El 22 de febrero de 1728, el obispo promulgó un decreto que permitía recoger el líquido cada vez que se presentara. Hasta ahora, el misterioso suceso se repite casi cada año y la gente lo espera con ansia.

 

 

Oración del día:

 
"Ó s. Egidio, abad, humilde siervo de Dios, que encontraste en la soledad y la oración la verdadera paz, intercede por nosotros ante el Señor. Ayúdanos a buscar la unidad y la fortaleza espiritual en medio de las tribulaciones, y guíanos con tu sabiduría hasta el corazón de la Santísima Trinidad. Amén."
 
Que en este día podamos reflexionar sobre la vida de s. Egidio, abad y encontrar inspiración en su entrega total a Dios, especialmente en tiempos difíciles.
 

El Santo del Día: La Importancia de la Santidad Cotidiana

Cada día, la Iglesia Católica conmemora la vida de uno o más santos, recordando sus virtudes y su testimonio de fe. La tradición del "Santo del Día" nos permite conocer a quienes dedicaron su existencia a Dios, sirviendo con amor y devoción a la humanidad.
 

¿Quiénes son los santos?

Los santos fueron hombres y mujeres que, en su caminar por este mundo, se esforzaron por seguir fielmente las enseñanzas de Cristo. Algunos sufrieron el martirio por su fe, mientras que otros dedicaron sus vidas a la oración, la caridad y la evangelización. La Iglesia los reconoce como santos tras un proceso en el que se confirman sus virtudes y los milagros atribuidos a su intercesión.
 

La celebración del Santo del Día

Cada santo tiene un día especial de conmemoración, generalmente en la fecha de su fallecimiento, visto como el momento de su encuentro definitivo con Dios. Esta práctica nos invita a conocer más sobre sus vidas y a dejarnos inspirar por su testimonio de santidad.
 

Un propósito espiritual

Celebrar el Santo del Día no es solo un recordatorio histórico, sino también un llamado a la reflexión y a la oración. A través de su intercesión, podemos pedir fuerza y aliento para afrontar los desafíos diarios con más fe y esperanza.
 
Conocer la vida de los santos y celebrar su legado es una manera hermosa de fortalecer nuestra fe y encontrar modelos concretos de vida cristiana. Cada uno de ellos nos deja una enseñanza sobre perseverancia, amor al prójimo y entrega total a Dios. Que sus historias nos animen a vivir con más devoción y propósito, siguiendo el camino de Cristo en nuestro día a día.
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