Santo del 11 de abril
Nacida en 1878, Gema Galgani era una mística laica, que hizo voto de virginidad. Su existencia muestra una fe profunda: las muertes familiares y enfermedades no la distrajeron de la vida cristiana. Murió con tan sólo 25 años, el sábado Santo el 11 de abril de 1903.

Gema Galgani fue golpeada por el sufrimiento desde temprana edad: sólo tenía 7 años cuando su madre murió. Pero la familia fue golpeada por otros duelos: la muerte de su hermano Gino, seminarista, y luego la de su padre. Los hermanos Galgani terminaron en quiebra y Gema fue acogida por una tía. Incluso su propia existencia estuvo marcada por la enfermedad: osteítis en las vértebras lumbares y otitis mastoidea. Permaneció en una cama semiparalizada durante varios meses. Momento en el que leyó la biografía de San Gabriel de los Dolorosos, de la que quedó muy impresionada. Luego invocó a Santa María Margarita Alacoque y después de una novena se recuperó. Era el 1899.
El amor por Jesús: el regalo de los estigmas
La joven Gema sentía profundamente el deseo de consagrarse al Señor, pero por diversas razones no tuvo la oportunidad de convertirse en una religiosa enclaustrada. Sin embargo, esto no le impidió sumergirse en la contemplación de Jesús Crucificado. El 8 de junio de 1899, Octava del Corpus Domini y víspera de la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, recibe los estigmas, que se repitieron periódicamente desde el jueves por la noche hasta las 15.00 del viernes. Durante un cierto período, se manifestaron casi todos los días. Algunos tenían un gran desconcierto sobre la autenticidad de estos signos, pero el padre Germano Ruoppolo, el postulador general de los Pasionistas y gran estudioso de la mística, le defendió.
Las conversaciones con Jesús, María, el Ángel de la Guarda y San Gabriel de los Dolorosos son también una fuerte expresión de su vida mística. Estas conversaciones están presentes en el epistolario, en el diario y en la autobiografía.
Santo del 11 de abril
Obispo de Cracovia desde 1072, Estanislao ha sido un pastor solícito con los pobres y un gran defensor de la fe y la moral. No dudó en excomulgar al rey de Polonia Boleslao II por su vida disoluta; precisamente por esta causa fue que sufrió el martirio en 1079.
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Oración del día:
"Ó s. Gema Galgani, virgen, terciaria pasionista, humilde siervo de Dios, que encontraste en la soledad y la oración la verdadera paz, intercede por nosotros ante el Señor. Ayúdanos a buscar la unidad y la fortaleza espiritual en medio de las tribulaciones, y guíanos con tu sabiduría hasta el corazón de la Santísima Trinidad. Amén."
Que en este día podamos reflexionar sobre la vida de s. Gema Galgani, virgen, terciaria pasionista y encontrar inspiración en su entrega total a Dios, especialmente en tiempos difíciles.
El Santo del Día: La Importancia de la Santidad Cotidiana
Cada día, la Iglesia Católica conmemora la vida de uno o más santos, recordando sus virtudes y su testimonio de fe. La tradición del "Santo del Día" nos permite conocer a quienes dedicaron su existencia a Dios, sirviendo con amor y devoción a la humanidad.
¿Quiénes son los santos?
Los santos fueron hombres y mujeres que, en su caminar por este mundo, se esforzaron por seguir fielmente las enseñanzas de Cristo. Algunos sufrieron el martirio por su fe, mientras que otros dedicaron sus vidas a la oración, la caridad y la evangelización. La Iglesia los reconoce como santos tras un proceso en el que se confirman sus virtudes y los milagros atribuidos a su intercesión.
La celebración del Santo del Día
Cada santo tiene un día especial de conmemoración, generalmente en la fecha de su fallecimiento, visto como el momento de su encuentro definitivo con Dios. Esta práctica nos invita a conocer más sobre sus vidas y a dejarnos inspirar por su testimonio de santidad.
Un propósito espiritual
Celebrar el Santo del Día no es solo un recordatorio histórico, sino también un llamado a la reflexión y a la oración. A través de su intercesión, podemos pedir fuerza y aliento para afrontar los desafíos diarios con más fe y esperanza.
Conocer la vida de los santos y celebrar su legado es una manera hermosa de fortalecer nuestra fe y encontrar modelos concretos de vida cristiana. Cada uno de ellos nos deja una enseñanza sobre perseverancia, amor al prójimo y entrega total a Dios. Que sus historias nos animen a vivir con más devoción y propósito, siguiendo el camino de Cristo en nuestro día a día.