Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

s. Juan, obispo de Ravenna

Santo del 19 de enero

Mientras que toda la población está trastornada por la guerra contra los Longobardos, en Ravena está Juan, un santo obispo que se ocupa en modo inmejorable de resolver las necesidades de su pueblo y de su Iglesia. El Papa Gregorio Magno le envió el libro de la Regla Pastoral. Murió en el año 595.  

Santo del 19 de enero

Germánico fue un discípulo muy joven de San Policarpo y también uno de los once cristianos de Filadelfia, en la actual Turquía, que fueron devorados por las bestias durante las persecuciones del Imperio Romano en el siglo II. En vez de renegar su fe, instó a sus compañeros a dar su vida por Jesús.  
Esta familia cristiana con dos hijos, a principios del siglo IV, salió de Persia para ir a Roma a venerar las reliquias de los mártires. Llegados a Roma ayudaron a darles una digna sepultura en la Vía Salaria. Por esta razón, los cuatro serán encarcelados y condenados al martirio.  
 

Oración del día:

 
"Ó s. Juan, obispo de Ravenna, humilde siervo de Dios, que encontraste en la soledad y la oración la verdadera paz, intercede por nosotros ante el Señor. Ayúdanos a buscar la unidad y la fortaleza espiritual en medio de las tribulaciones, y guíanos con tu sabiduría hasta el corazón de la Santísima Trinidad. Amén."
 
Que en este día podamos reflexionar sobre la vida de s. Juan, obispo de Ravenna y encontrar inspiración en su entrega total a Dios, especialmente en tiempos difíciles.
 

El Santo del Día: La Importancia de la Santidad Cotidiana

Cada día, la Iglesia Católica conmemora la vida de uno o más santos, recordando sus virtudes y su testimonio de fe. La tradición del "Santo del Día" nos permite conocer a quienes dedicaron su existencia a Dios, sirviendo con amor y devoción a la humanidad.
 

¿Quiénes son los santos?

Los santos fueron hombres y mujeres que, en su caminar por este mundo, se esforzaron por seguir fielmente las enseñanzas de Cristo. Algunos sufrieron el martirio por su fe, mientras que otros dedicaron sus vidas a la oración, la caridad y la evangelización. La Iglesia los reconoce como santos tras un proceso en el que se confirman sus virtudes y los milagros atribuidos a su intercesión.
 

La celebración del Santo del Día

Cada santo tiene un día especial de conmemoración, generalmente en la fecha de su fallecimiento, visto como el momento de su encuentro definitivo con Dios. Esta práctica nos invita a conocer más sobre sus vidas y a dejarnos inspirar por su testimonio de santidad.
 

Un propósito espiritual

Celebrar el Santo del Día no es solo un recordatorio histórico, sino también un llamado a la reflexión y a la oración. A través de su intercesión, podemos pedir fuerza y aliento para afrontar los desafíos diarios con más fe y esperanza.
 
Conocer la vida de los santos y celebrar su legado es una manera hermosa de fortalecer nuestra fe y encontrar modelos concretos de vida cristiana. Cada uno de ellos nos deja una enseñanza sobre perseverancia, amor al prójimo y entrega total a Dios. Que sus historias nos animen a vivir con más devoción y propósito, siguiendo el camino de Cristo en nuestro día a día.
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