Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

s. Justino, filósofo y mártir

s. Justino, filósofo y mártir - Santo del día 01 de junio

Santo del 01 de junio

El razonamiento humano para comprender lo divino: han sido muchos los santos que emprendieron esta senda para profundizar en la existencia de Dios. Entre los primeros, que se cimentaron en este desafío, está San Justino, que murió mártir el año 165 y que se celebra el 1 de junio de cada año.  
s. Justino, filósofo y mártir

Llegar a conocer a Dios íntimamente. Empezó siendo pagano, este hombre de mente aguda y alma aún más afilada. En la Samaria del primer siglo después de Cristo, Justino crece nutriéndose de filosofía. Los maestros del pensamiento griego son la luz que ilumina su búsqueda hacia ese Ser infinito, cuyo conocimiento lo fascina y que, si pudiera, quisiera poder aferrar y explicar con la fuerza de la racionalidad.

Desilusionado por las filosofías

Porque ‘la visión de Dios’ es para Justino el fin de la filosofía. Pero ¿cuál corriente más que otras tiene capacidad para acercarla? El samaritano de Flavia Neápolis, su ciudad natal, llama a la puerta de los estoicos, peripatéticos, pitagóricos. Nadie sabe ofrecerle ese zenit tan ambicionado. El corazón de Justino se anima un poco cuando conoce a un pensador platónico. «Los conocimientos de las realidades incorpóreas y la contemplación de las ideas animaba mi mente…», escribió, decidiendo proseguir esta búsqueda lejos de la muchedumbre de la ciudad.

Puedes hablar de Dios si lo conoces

En el lugar apartado que eligió – descrito en su «Diálogo con Trifón» - encuentra a un anciano, con el cual discute sobre su idea de Dios. Sin embargo, el esfuerzo para llegar a la definición perfecta se choca con el escollo de una consideración: si un filósofo, observa el anciano, nunca ha visto ni oído a Dios, ¿cómo puede elaborar por sí solo un pensamiento sobre Él? El diálogo se traslada ahora a los Profetas: ellos en los siglos habían hablado de Dios y profetizado en su nombre sobre la venida del Hijo al mundo. Es el hito. Justino se convierte al cristianismo y hacia el año 130, en Éfeso, recibe el Bautismo.

El genio al servicio del Evangelio

Algún tiempo después, Justino llega a Roma donde abre una escuela filosófica y se vuelve un infatigable anunciador de Cristo para los estudiosos paganos. Escribe y habla del Dios que por fin había conocido, utilizando las categorías y el lenguaje de los filósofos. Sobre todo, emplea el ingenio y la destreza dialéctica para defender a los cristianos perseguidos, como demuestran sus dos Apologías. Justino ataca sobre todo a los que se dedicaban a ser calumniadores, pero para él es fatal la confrontación en público con el filósofo Crescente,  furioso anticristiano apoyado por el poder. Justino es encarcelado, irónicamente como ‘ateo’, es decir como subversivo, enemigo del Estado. Es decapitado con otros seis compañeros hacia el año 165, bajo Marco Aurelio.

Se le recuerda desde hace dos mil años

La fama del misionero – filósofo, al que se debe la descripción de la liturgia eucarística más antigua, permanece para siempre. Incluso el Vaticano II recuerda sus enseñanzas en dos pilares conciliares: la «Lumen Gentium» y la «Gaudium et Spes». Para Justino el cristianismo es la manifestación histórica y personal del Logos en su totalidad.  Por ello dirá: «todo lo bello que ha sido expresado por cualquier persona, nos pertenece a nosotros, los cristianos».

 

Oración del día:

 
"Ó s. Justino, filósofo y mártir, humilde siervo de Dios, que encontraste en la soledad y la oración la verdadera paz, intercede por nosotros ante el Señor. Ayúdanos a buscar la unidad y la fortaleza espiritual en medio de las tribulaciones, y guíanos con tu sabiduría hasta el corazón de la Santísima Trinidad. Amén."
 
Que en este día podamos reflexionar sobre la vida de s. Justino, filósofo y mártir y encontrar inspiración en su entrega total a Dios, especialmente en tiempos difíciles.
 

El Santo del Día: La Importancia de la Santidad Cotidiana

Cada día, la Iglesia Católica conmemora la vida de uno o más santos, recordando sus virtudes y su testimonio de fe. La tradición del "Santo del Día" nos permite conocer a quienes dedicaron su existencia a Dios, sirviendo con amor y devoción a la humanidad.
 

¿Quiénes son los santos?

Los santos fueron hombres y mujeres que, en su caminar por este mundo, se esforzaron por seguir fielmente las enseñanzas de Cristo. Algunos sufrieron el martirio por su fe, mientras que otros dedicaron sus vidas a la oración, la caridad y la evangelización. La Iglesia los reconoce como santos tras un proceso en el que se confirman sus virtudes y los milagros atribuidos a su intercesión.
 

La celebración del Santo del Día

Cada santo tiene un día especial de conmemoración, generalmente en la fecha de su fallecimiento, visto como el momento de su encuentro definitivo con Dios. Esta práctica nos invita a conocer más sobre sus vidas y a dejarnos inspirar por su testimonio de santidad.
 

Un propósito espiritual

Celebrar el Santo del Día no es solo un recordatorio histórico, sino también un llamado a la reflexión y a la oración. A través de su intercesión, podemos pedir fuerza y aliento para afrontar los desafíos diarios con más fe y esperanza.
 
Conocer la vida de los santos y celebrar su legado es una manera hermosa de fortalecer nuestra fe y encontrar modelos concretos de vida cristiana. Cada uno de ellos nos deja una enseñanza sobre perseverancia, amor al prójimo y entrega total a Dios. Que sus historias nos animen a vivir con más devoción y propósito, siguiendo el camino de Cristo en nuestro día a día.
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