Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

s. Leonardo de Puerto Mauricio, sacerdote franciscano

s. Leonardo de Puerto Mauricio, sacerdote franciscano - Santo del día 26 de noviembre

Santo del 26 de noviembre

Según s. Juan Pablo II, Leonardo fue "un sacerdote franciscano de palabra ardiente, que recorrió Italia para amonestar y convertir a inmensas multitudes, llamando a la penitencia y a la piedad". Para honrar la dolorosa pasión de Cristo, edificó en el Coliseo de Roma las 14 Estaciones del Vía Crucis.  
s. Leonardo de Puerto Mauricio, sacerdote franciscano

Como joven franciscano, Leonardo había pedido ser enviado como misionero en China. El cardenal Colloredo le había respondido: "Tu China será Italia", pues a finales del siglo XVII, el pueblo cristiano italiano sufría por tantas miserias materiales y por distintos errores doctrinales, que desde ese entonces ya era considerado como un país necesitado de muchos santos misioneros. Aparte del analfabetismo y la pobreza generalizada, uno de los errores doctrinales que azotaban aquellos tiempos era la herejía del frío jansenismo, que afirmaba que Dios había predestinado la salvación sólo para unos pocos elegidos. Los dañosos efectos de la doctrina herética jansenista se reflejaban también en un fuerte moralismo que presentaba a Dios como un juez muy severo, y no como un Padre misericordioso. Fue en este contexto social, cultural y religioso que Leonardo, como sacerdote franciscano vivió en primera persona una íntima y muy afectuosa unión con Dios.

Su método de evangelización por medio del Vía Crucis

El niño bautizado con el nombre de Pablo Jerónimo Casanova, nació en Puerto Mauricio, la actual Imperia, Italia, el 20 de diciembre de 1676. De joven estudió en Roma en el Colegio Romano, antes de ingresar en el Retiro de San Buenaventura en el Palatino, donde vistió el hábito franciscano tomando el nombre de Leonardo. Para preparar sus predicaciones, Fray Leonardo oraba y contemplaba constantemente, como hacía su Padre san Francisco, el infinito amor de Cristo que lo llevó a aceptar por nuestra salvación el tormento de la Cruz. Junto con la devoción al Nombre de Jesús y a la Virgen María, el tema de la amorosa Pasión de Cristo estuvo siempre presente en sus predicaciones, una devoción típicamente franciscana, a la que dio gran popularidad con las meditaciones del Via Crucis. Grandes multitudes acudían a escuchar su ardiente predicación, quedando impresionadas y conmovidas. "Es el mayor misionero de nuestro siglo", llegó a decir el mismo san Alfonso María de Ligorio. Las misiones populares lo llevaron a viajar por toda Italia, especialmente en la Toscana. Enviado también a Córcega para restablecer la concordia entre los ciudadanos, consiguió un inesperado abrazo de paz, a pesar de las graves divisiones entre los habitantes.

Predicador incansable

Leonardo fue un predicador infatigable pero sus incontables labores misioneras lo fueron agotando. Al final de sus días regresó a Roma pasando primero por Liguria. En el Año Santo de 1750, convocado por el Papa Benedicto XIV, tuvo la feliz idea de hacer eregir 14 edículos en el Coliseo que representaran los pasajes bíblicos de las Estaciones del Vía Crucis y una gran Cruz en la zona del anfiteatro. Este fue su último esfuerzo evangelizador. Murió en Roma el 26 de noviembre de 1751 en el convento de San Buenaventura del Palatino. Fue venerado como santo inmediatamente en toda Italia, sobre todo por los romanos. El 19 de marzo de 1796 fue beatificado, pero la ceremonia de canonización tuvo lugar el 29 de junio de 1867, durante el pontificado del Papa Pío IX, que era especialmente devoto de san Leonardo. En 1923, Pío XI lo nombró Patrón de los misioneros en los países católicos; desde mediados de los años noventa, el santo franciscano se convirtió en el Patrón de la ciudad de Imperia.

Santo del 26 de noviembre

s. Siricio, papa
Llega a ser Papa en el 384 e inmediatamente establece una relación de confianza y colaboración con San Ambrosio de Milán. Siricio es un Pontífice moderado y equilibrado, además del primero, según los historiadores, en afirmar la primacía del “mayor Pedro” y hacerse llamar “Papa”.  
s. Silvestre, abad, fundador de los Silvestrinos
Uno de los fundadores del monacato reformado, Silvestre, después de pasar tres años como ermitaño en las montañas de las Marcas, fundó una comunidad que adoptó la Regla de san Benito. Los nuevos monjes benedictinos se llamaron "silvestrinos". Murió en 1267 y fue canonizado en 1589 por Clemente VIII.   Leer todo...Leia tudo...
Fue el primer miembro de la Pía Sociedad de San Pablo en ser beatificado por Juan Pablo II en 1989. Originario de Alba, Piamonte, fue el director y fundador de la nueva casa paulina en Roma donde fue formador y evangelizador a través de un sabio uso de los medios de comunicación.  
 

Oración del día:

 
"Ó s. Leonardo de Puerto Mauricio, sacerdote franciscano, humilde siervo de Dios, que encontraste en la soledad y la oración la verdadera paz, intercede por nosotros ante el Señor. Ayúdanos a buscar la unidad y la fortaleza espiritual en medio de las tribulaciones, y guíanos con tu sabiduría hasta el corazón de la Santísima Trinidad. Amén."
 
Que en este día podamos reflexionar sobre la vida de s. Leonardo de Puerto Mauricio, sacerdote franciscano y encontrar inspiración en su entrega total a Dios, especialmente en tiempos difíciles.
 

El Santo del Día: La Importancia de la Santidad Cotidiana

Cada día, la Iglesia Católica conmemora la vida de uno o más santos, recordando sus virtudes y su testimonio de fe. La tradición del "Santo del Día" nos permite conocer a quienes dedicaron su existencia a Dios, sirviendo con amor y devoción a la humanidad.
 

¿Quiénes son los santos?

Los santos fueron hombres y mujeres que, en su caminar por este mundo, se esforzaron por seguir fielmente las enseñanzas de Cristo. Algunos sufrieron el martirio por su fe, mientras que otros dedicaron sus vidas a la oración, la caridad y la evangelización. La Iglesia los reconoce como santos tras un proceso en el que se confirman sus virtudes y los milagros atribuidos a su intercesión.
 

La celebración del Santo del Día

Cada santo tiene un día especial de conmemoración, generalmente en la fecha de su fallecimiento, visto como el momento de su encuentro definitivo con Dios. Esta práctica nos invita a conocer más sobre sus vidas y a dejarnos inspirar por su testimonio de santidad.
 

Un propósito espiritual

Celebrar el Santo del Día no es solo un recordatorio histórico, sino también un llamado a la reflexión y a la oración. A través de su intercesión, podemos pedir fuerza y aliento para afrontar los desafíos diarios con más fe y esperanza.
 
Conocer la vida de los santos y celebrar su legado es una manera hermosa de fortalecer nuestra fe y encontrar modelos concretos de vida cristiana. Cada uno de ellos nos deja una enseñanza sobre perseverancia, amor al prójimo y entrega total a Dios. Que sus historias nos animen a vivir con más devoción y propósito, siguiendo el camino de Cristo en nuestro día a día.
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