Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

Santo del 29 de enero

Santo del 29 de enero | Celebrando a Vida dos Santos da Igreja

Conozca la Historia y la Devoción

 

El día 29 de enero, la Iglesia Católica celebra la vida y el legado de santos y beatos que marcaron la historia de la fe con su ejemplo de amor a Dios y al prójimo. En esta fecha especial, recordamos su trayectoria, milagros y enseñanzas, que continúan inspirando a los fieles en todo el mundo.

Acompáñenos a conocer la historia del Santo del 29 de enero, descubra sus virtudes y profundice en la espiritualidad cristiana a través de oraciones y reflexiones. ¡Que su testimonio de fe fortalezca nuestro camino diario!

Sobre la Vía Nomentana, en el Coemeterium Maius, fueron sepultados dos soldados romanos que vivieron durante las persecuciones de Diocleciano: Papías y Mauro. Fueron martirizados por haberse convertido al cristianismo. Son los santos patronos de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri.  
Primer obispo de Perugia, escapó al martirio por primera vez durante las persecuciones de Marco Aurelio. Encarcelado, convirtió a sus carceleros y recuperó la libertad, pero de nuevo fue arrestado y decapitado en 170. La primera catedral de la ciudad fue construida en el lugar de su sepultura.  
S. Sulpicio Severo

Riqueza y mundanidad

La capacidad oratoria y la gestión de sus asuntos, revelan, entre los hombres instruídos y serios, su aptitud para las cargas más altas del imperio. Sulpicio se distingue por su elocuencia, la finura de su espíritu, la habilidad en la resolución de embrollos jurídicos, su juicio riguroso y la solidez de sus argumentaciones. Su reputación llega lejos. Con suerte y su genio, puede aspirar a los cargos más altos del estado. Totalmente absorbido por la preocupaciones mundanas, en una época en la que todas las esperanzas sonríen a su imaginación, se casa con la hija de un cónsul, tan rica como él y con muchas relaciones. Pocos jóvenes hubieran podido tener mejores auspicios para iniciar una carrera llena de honores. Sin embargo estos sueños pronto se desvanecen: la Providencia le reservaba un destino más glorioso. La muerte se llevó a su esposa y lo sumió en una profunda tristeza

La consolación divina

En vez de dejarse abatir por la desesperación, se repuso con energía, buscando su consuelo en la piedad. Dios recompensó magníficamente su fe con otras muchas gracias, entre otras la de hacerse amigo de San Martín, obispo de Tours. Decide consagrarse a Dios y despojarse de todos sus innumerables bienes. Sin embargo, no vende su patrimonio para distribuir lo recaudado entre los pobres como hizo San Ambrosio; se conforma con ceder sus bienes a la Iglesia reservándose el usufructo. El cambio de vida irritó a su padre, y él mismo deviene el hazmerreir de sus antiguos amigos. A estos disgustos y a una desoladora amargura, se añade el deterioro de su salud: por dos veces enferma gravemente pero su fuerza de ánimo sostenida por la gracia divina, triunfó sobre toda tentación.

Confidente de San Martín de Tours

Sulpicio Severo pasa a la posteridad, por su relación con San Martín de Tours. A pesar de que el santo prelado no tuviera el hábito de hablar de sí mismo, y de guardar para sí las gracias particulares que Dios le otorgaba, Sulpicio afirmó que le había escuchado de viva voz algunos de los hechos narrados en su biografía. Otros elementos, entre los cuales muchas circunstancias interesantes, le fueron reveladas por los religiosos de la Iglesia de Tours o por los monjes de Marmoutier.

Calendario Litúrgico

29 de enero: Miércoles de la III Semana del Tiempo ordinario

Lecturas y Evangelio de hoy

Primera Lectura: Hebreos 10, 11-18
Salmo Responsorial: Salmo 109, 1.2. 3. 4
Aclamación antes del Evangelio:
Evangelio: Marcos 4, 1-20

Color litúrgico: Verde

Reflexión

  • El cuidado de nuestra alma es muy semejante al cultivo de la tierra: arrancar lo que es malo y plantar lo que es bueno; desarraigar el orgullo y plantar la humildad; echar la avaricia y guardar la misericordia; despreciar la impureza y gustar la castidad (San Cesáreo de Arlés)

  • Arrojar la semilla es un gesto de confianza y de esperanza; es necesaria la laboriosidad del hombre, pero luego se debe entrar en una espera, sabiendo bien que muchos factores determinarán el éxito de la cosecha y que siempre se corre el riesgo de un fracaso. No obstante eso, año tras año, el campesino repite su gesto y arroja su semilla (Benedicto XVI)

  • (...) Un cristiano debe querer meditar regularmente; si no, se parece a las tres primeras clases de terreno de la parábola del sembrador. Pero un método no es más que un guía; lo importante es avanzar, con el Espíritu Santo, por el único camino de la oración: Cristo Jesús (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.707)

  • 📖 Evangelio de hoy
    🙏 Laudes
    📅 Calendario Litúrgico