Santo del 14 de agosto
Sacerdote romano en la época de Constancio II, Eusebio reprochó al Papa Liberio su exagerada laxitud ante el arrianismo del emperador. Constancio II lo encarceló por siete meses en un calabozo, donde murió el 14 de agosto del 353. Tiempo después le fue dedicada la homónima basílica en el Esquilino.
Santo del 14 de agosto
Nacido en Polonia en 1894, se hizo franciscano. Fundó la Milicia de la Inmaculada. Tras la invasión nazi del país es internado en el campo de concentración de Auschwitz, donde muere en el búnker de la muerte tras ofrecerse a cambio de un padre de familia.
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Leia tudo...Alfredo nació en una rica familia de Colonia en el siglo IX. De monje benedictino se hizo sacerdote y luego fue obispo de Hildesheim en 850. Como un buen pastor, se ocupó de la evangelización y de la construcción de nuevas iglesias y conventos. Fue un hombre de confianza de Ludovico el Germánico.
Oración del día:
"Ó s. Eusebio, romano, fundador de la Iglesia homónima en la colina del Esquilino, humilde siervo de Dios, que encontraste en la soledad y la oración la verdadera paz, intercede por nosotros ante el Señor. Ayúdanos a buscar la unidad y la fortaleza espiritual en medio de las tribulaciones, y guíanos con tu sabiduría hasta el corazón de la Santísima Trinidad. Amén."
Que en este día podamos reflexionar sobre la vida de s. Eusebio, romano, fundador de la Iglesia homónima en la colina del Esquilino y encontrar inspiración en su entrega total a Dios, especialmente en tiempos difíciles.
El Santo del Día: La Importancia de la Santidad Cotidiana
Cada día, la Iglesia Católica conmemora la vida de uno o más santos, recordando sus virtudes y su testimonio de fe. La tradición del "Santo del Día" nos permite conocer a quienes dedicaron su existencia a Dios, sirviendo con amor y devoción a la humanidad.
¿Quiénes son los santos?
Los santos fueron hombres y mujeres que, en su caminar por este mundo, se esforzaron por seguir fielmente las enseñanzas de Cristo. Algunos sufrieron el martirio por su fe, mientras que otros dedicaron sus vidas a la oración, la caridad y la evangelización. La Iglesia los reconoce como santos tras un proceso en el que se confirman sus virtudes y los milagros atribuidos a su intercesión.
La celebración del Santo del Día
Cada santo tiene un día especial de conmemoración, generalmente en la fecha de su fallecimiento, visto como el momento de su encuentro definitivo con Dios. Esta práctica nos invita a conocer más sobre sus vidas y a dejarnos inspirar por su testimonio de santidad.
Un propósito espiritual
Celebrar el Santo del Día no es solo un recordatorio histórico, sino también un llamado a la reflexión y a la oración. A través de su intercesión, podemos pedir fuerza y aliento para afrontar los desafíos diarios con más fe y esperanza.
Conocer la vida de los santos y celebrar su legado es una manera hermosa de fortalecer nuestra fe y encontrar modelos concretos de vida cristiana. Cada uno de ellos nos deja una enseñanza sobre perseverancia, amor al prójimo y entrega total a Dios. Que sus historias nos animen a vivir con más devoción y propósito, siguiendo el camino de Cristo en nuestro día a día.