Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

s. Juan Berchmans, jesuita

s. Juan Berchmans, jesuita - Santo del día 13 de agosto

Santo del 13 de agosto

Hijo de un zapatero de Flandes del 1600, Juan tuvo que trabajar duro para mantener sus estudios y responder al llamado del Señor. En 1618 entró en la Compañía de Jesús y después de sólo un año fue elegido Maestro de novicios. Enviado a Roma a estudiar, murió cuando tenía sólo 22 años en 1621.  
s. Juan Berchmans, jesuita

"Haz bien lo que estás haciendo y aprovecha al máximo el hacer las cosas más pequeñas."

El primero de cinco hermanos, Juan nació en la humilde familia de un curtidor flamenco. Cuando tenía sólo 10 años, su madre cayó gravemente enferma. De inmediato fue puesto bajo el cuidado de sus tíos y luego fue internado en un colegio. Juan maduró pronto y clarificó sus ideas: sintió que quería ser sacerdote. Así que comenzó los estudios de latín en la escuela de Diest, pero el dinero era escaso y para complacer a su padre que no estaba de acuerdo con su vocación religiosa, tuvo que aprender un oficio. Con el tiempo, el contacto con su hijo santo lo cambió tanto que después de la muerte de su esposa, él mismo se convirtió en un sacerdote en 1616. En tales cirtunstancias apareció la intervención de la Providencia: Juan entró en la casa del canónigo Froymont en Malinas y allí, como buen educador, se ocupó de instruir a los jóvenes de la nobleza y así se ganó lo necesario para seguir estudiando.

Siguiendo los pasos de Luis Gonzaga

Es el año 1615 los jesuitas abrieron un colegio en Malinas, en un momento en el que Juan estaba indeciso sobre la forma de concretar su vocación. Leyendo por curiosidad la biografía de Luis Gonzaga que había muerto pocos años antes, comprendió dónde lo quería el Señor y entró en la Compañía de Jesús. Se convirtió en un alumno excepcional que observaba perfectamente las diversas reglas que entonces eran diferentes de una comunidad a otra; tanto era así que después de sólo un año fue nombrado Maestro de novicios, que eran más de cien. Después de hacer sus votos perpetuos en 1618, fue enviado a Roma para continuar sus estudios, pero allí cayó gravemente enfermo y murió en 1621 a la edad de sólo 22 años. Fue enterrado en Roma en la iglesia de la Compañia de Jesús dedicada a San Ignacio de Loyola. Una reliquia de su corazón se encuentra en Lovaina, en la iglesia jesuita de Saint-Michel.

La espiritualidad de Juan: Fray Hilario

A juzgar por el apodo que se ganó en su corta vida comunitaria -Fray Hilario- podemos decir que Juan fue el Santo de la sonrisa; de quella luminosa señal capaz de orientarnos en el camino de la santidad y de llenarnos de profunda paz y alegría en la vida cotidiana. Ciertamente, su sano y franco realismo espiritual provenía de sus pobres orígenes y de la escuela ascética belga, pero también luego empezó a asimilar las nuevas enseñanzas ignacianas. Se convirtió así en un ejemplo para todos de cómo vivir con alegría en el Señor. Experimentó que la gracia de Dios no eran teorías abstractas sino una vida ordinaria transformada por la continua felicidad y paz que nacían de su interior. Lo que más lo caracterizó fue su profunda caridad hacia el prójimo y su ardiente devoción a la Eucaristía y a la Virgen María. Canonizado por León XIII en 1888, junto con los santos Estanislao Kotska y el propio Luis Gonzaga, fue nombrado el Protector de todos los jóvenes estudiantes.

Santo del 13 de agosto

ss. Ponciano, papa e Hipólito, sacerdote, mártires
Ponziano, Papa desde el 230, abdicó cuando fue exiliado a las minas de Cerdeña junto con el cismático Hipólito durante la persecución anticristiana de Maximino el tracio. Murieron de hambre y de sed en el 235. Fueron venerados como mártires en Roma. Sus restos yacen en San Calisto y en la Tiburtina.  
Un cristiano muy ejemplar que educó y transmitió la fe a los jóvenes, Casiano de Imola fue torturado y sufrió el martirio por haber rechazado sacrificar a los ídolos. Murió alrededor del año 305, durante la persecución de Diocleciano. Se dice que la catedral de Imola fue construída sobre su tumba.  
Santa Filomena
La figura de Santa Filomena está envuelta en el misterio; por eso fue excluida del Martirologio romano del 1961. A pesar de ello, se le tiene una gran devoción, especialmente en el Santuario campano de Mugnano del Cardinale (Italia) que conserva sus restos, venerados por peregrinos de todo el mundo.   Leer todo...Leia tudo...
Abandonó una envidiable carrera civil para hacerse monje. Por defender la fe contra la herejía del monotelismo, este Padre de la Iglesia perdió la lengua y la mano derecha. Su fiesta se celebra el 13 de agosto.    Leer todo...
 

Oración del día:

 
"Ó s. Juan Berchmans, jesuita, humilde siervo de Dios, que encontraste en la soledad y la oración la verdadera paz, intercede por nosotros ante el Señor. Ayúdanos a buscar la unidad y la fortaleza espiritual en medio de las tribulaciones, y guíanos con tu sabiduría hasta el corazón de la Santísima Trinidad. Amén."
 
Que en este día podamos reflexionar sobre la vida de s. Juan Berchmans, jesuita y encontrar inspiración en su entrega total a Dios, especialmente en tiempos difíciles.
 

El Santo del Día: La Importancia de la Santidad Cotidiana

Cada día, la Iglesia Católica conmemora la vida de uno o más santos, recordando sus virtudes y su testimonio de fe. La tradición del "Santo del Día" nos permite conocer a quienes dedicaron su existencia a Dios, sirviendo con amor y devoción a la humanidad.
 

¿Quiénes son los santos?

Los santos fueron hombres y mujeres que, en su caminar por este mundo, se esforzaron por seguir fielmente las enseñanzas de Cristo. Algunos sufrieron el martirio por su fe, mientras que otros dedicaron sus vidas a la oración, la caridad y la evangelización. La Iglesia los reconoce como santos tras un proceso en el que se confirman sus virtudes y los milagros atribuidos a su intercesión.
 

La celebración del Santo del Día

Cada santo tiene un día especial de conmemoración, generalmente en la fecha de su fallecimiento, visto como el momento de su encuentro definitivo con Dios. Esta práctica nos invita a conocer más sobre sus vidas y a dejarnos inspirar por su testimonio de santidad.
 

Un propósito espiritual

Celebrar el Santo del Día no es solo un recordatorio histórico, sino también un llamado a la reflexión y a la oración. A través de su intercesión, podemos pedir fuerza y aliento para afrontar los desafíos diarios con más fe y esperanza.
 
Conocer la vida de los santos y celebrar su legado es una manera hermosa de fortalecer nuestra fe y encontrar modelos concretos de vida cristiana. Cada uno de ellos nos deja una enseñanza sobre perseverancia, amor al prójimo y entrega total a Dios. Que sus historias nos animen a vivir con más devoción y propósito, siguiendo el camino de Cristo en nuestro día a día.
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